Con categoría 3 y 4, durante el transcurso de este fin de semana se espera la llegada de un nuevo fenómeno climático al país, el que afectará principalmente al sur, aunque con consecuencias en otras regiones.
Con rachas de viento superiores a 120 km/h, el fenómeno también trae consigo precipitaciones, nubosidad e incluso tormentas eléctricas.
Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, dice que las grandes inundaciones del año pasado en junio y en agosto que se dieron en Chile fueron debido a este fenómeno, y que cuando no aparece, vuelve a la sequía, particularmente en la zona central.
Se trata de los denominados ríos atmosféricos. “Son delgadas lenguas de aire, ricas en humedad de origen tropical. Arrastrado por los vientos pueden recorrer miles de kilómetros y encontrarse con el continente. Cuando este aire húmedo se encuentra con el continente es forzado a ascender, formando abundantes nubes y descargando intensas precipitaciones”, señala Cordero.
En esta ocasión se presentará desde Los Lagos hacia el sur. En otras regiones del país en menor medida. Esto ocurrirá durante la tarde y noche del viernes, además de la madrugada del sábado.
Según Cordero, buena parte de las precipitaciones en el centro y el sur de Chile se originan en ríos atmosféricos. “La frecuencia con la que arriban estos ríos al país, determina que tan lluvioso será el año”, añadiendo que este año se esperan con menos frecuencia debido a la presencia de La Niña.
Imagen del movimiento climáticos de los denominados ríos atmosféricos.
“En las últimas décadas ha caído considerablemente la frecuencia con la que los ríos atmosféricos arriban a la zona central del país, en particular durante el invierno. Buena parte de la caída en precipitaciones observado en las últimas décadas en la zona central se debe a una disminución en la frecuencia con la que arriban a esta zona”, señala Cordero.
A pesar de que están llegando de forma menos frecuente a la zona central, ese no es el caso de la zona más austral del país. “En esa zonas, los ríos atmosféricos podrían estar intensificándose y aumentando en frecuencia”, sostiene el climatólogo.
“Los ríos atmosféricos que llegan a la Patagonia chilena, muchas veces continúan en curso y suelen llegar a la península Antártica”, agrega.
Los intensos y frecuentes ríos atmosféricos tanto en la Patagonia como en la península Antártica están contribuyendo a eventos anormales de lluvia, no nieve, en invierno. “En efecto, debido a su origen tropical, el aire transportado por los ríos atmosféricos no solo es húmedo, sino también relativamente cálido”, explica Cordero.
“Los récords máximos de temperatura en la península Antártica, por ejemplo, han estado todos asociados al arribo de ríos atmosféricos”, sostiene Cordero.
Este fenómeno ocurre en medio de una reciente ola de calor que afectó a la capital. Hace exactos 100 años, en 1924, Santiago y la Región Metropolitana, registraron un importante episodio climático: una de las sequías más poderosas desde que existe registro.
100 años después, la capital sigue haciendo noticia por eventos de altas temperaturas.
En esta oportunidad, según revela Cordero, Santiago acaba de culminar la ola de calor más larga de su historia, fenómeno climático que se extendió entre el 21 y 31 de marzo de este año, totalizando 11 días consecutivas con temperaturas consideradas “muy altas” para la fecha.
Imagen referencial.
La estadística de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) indica que los termómetros superaron durante este período los 31°C (el promedio habitual es de 25°C), igualando lo sucedido en 2022, cuando ocurrió algo similar entre el 3 y 13 de diciembre de ese año. Ahora ambos comparten el primer lugar de la ola de calor más extensa de todos los tiempos en la capital.
Cordero señala que durante 2024, las olas de calor han marcado al menos dos récords en la capital. “La primera ola de calor a fines de enero y comienzos de febrero fue la más intensa jamás registrada (con casi 35°C de temperatura promedio durante seis días, mientras que la segunda segunda ola (registrada en los últimos días) es la más larga desde que existe registro”, sostiene.
Cordero explica que desafortunadamente las olas de calor en Chile son cada vez más intensas, largas y frecuentes. “La frecuencia de olas de calor se ha triplicado en Santiago en las últimas cuatro décadas. Si hace 30 años lo normal era tener una o dos olas de calor por año, en la última década hemos tenido en promedio más de seis cada 12 meses”.
“La duración de las olas de calor se ha duplicado, pasando de olas de algo más de tres días en promedio en la década de los 90 a casi siete en la última década. La intensidad de éstas, definida como la diferencia entre la temperatura típica y la máxima, ha aumentado en un 50%, pasando de 4°C hace tres décadas a 6°C en la última década”, añade.
Las olas de calor son el evento extremo asociado al cambio climático más mortal, revela Cordero. “Estudios recientes indican que, durante un verano cálido como el último, las olas de calor podrían haber matado prematuramente a decenas de santiaguinos”, señala.