La noche del miércoles un violento turbazo afectó a la vivienda de una mujer en la comuna de Conchalí, Región Metropolitana. La víctima sostuvo que tuvo que esconderse bajo una mesa junto a sus mascotas cuando entre tres a cuatro delincuentes entraron a su hogar.
“Hace falta un poco de mano dura”
El hecho ocurrió pasadas las 22 horas en el pasaje Cabo Kennedy. Minutos después de llegar a su casa, la víctima se percató de que los ladrones intentaban ingresar pateando la reja. En un primer momento, ninguno de los vecinos se dio cuenta de la situación, ya que dicen haber pensado que “alguien estaba moviendo unos fierros“.
“Fue bastante terrible porque nosotros acá tenemos cámaras, nos estamos protegiendo por lo mismo e igual pasó esto (…). Fue impactante porque ella vive sola, con sus perritas, entonces fue bien dramático, estaba muy nerviosa“, relató a Meganoticias una vecina llamada Luz.
Ante este tipo de hechos delictuales en un barrio relativamente tranquilo, Luz acusa que parte del problema es el actuar de las autoridades. “Yo creo que hace falta un poco de mano dura. Yo creo que a estos tipos los toman presos y salen al otro día, entonces yo creo que ese es el tema”, sostuvo.
Otra de las vecinas, una adulta mayor de 85 años, dijo sentir “terror” y explicó que “hace mucha falta” una mayor presencia policial. “Ahora tengo miedo“, añadió la mujer que vive sola a tan solo unas casas de la vivienda asaltada.
El testimonio de la víctima
La víctima del turbazo, protegiendo su identidad, también entregó sus declaraciones a Meganoticias y explicó que mientras estaba escondida alertó a sus vecinos a través del grupo de WhatsApp de la comunidad.
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“Empiezo a sentir un fuerte ruido en las puertas, como de que estaban queriendo botar una puerta y me vengo al living, que es de donde venía el ruido (…) Ya en el pasillo no llegué al living, porque escuché que había tres, cuatro personas ya en mi antejardín“, explicó la mujer.
“Lo primero que hice fue mandar un mensaje a mis vecinos, que tenemos un chat que están todos mis vecinos y nos organizamos, que había cuatro o tres tipos en mi casa y que estaba escondida abajo de la mesa“, relató la víctima, evidentemente nerviosa por la situación que vivió.
