La escalada de tensiones entre Israel y Hizbulá provoca un ataque sin precedentes, cobrando la vida de más de 180 personas.
El conflicto entre el Ejército israelí y el grupo chiíta Hizbulá se intensificó este lunes con un ataque devastador en el sur del Líbano, que resultó en al menos 182 muertos y 727 heridos, muchos de ellos niños, mujeres y personal médico.
Un balance trágico y sin precedentes
Los bombardeos lanzados por Israel marcaron un antes y un después en la serie de ataques entre ambos lados desde que comenzaron las hostilidades. El número de víctimas es el más alto registrado en un solo ataque desde el inicio del conflicto, lo que aumenta las preocupaciones sobre una posible guerra abierta en la región.
El Ministerio de Salud Pública del Líbano confirmó que entre los heridos se encuentran civiles, incluyendo niños y personal de primeros auxilios. Además, la infraestructura en el sur del país ha sufrido daños considerables debido a los ataques israelíes.
La justificación israelí: Hizbulá utiliza infraestructuras civiles
Desde Israel, el Ejército justificó las incursiones alegando que Hizbulá almacena misiles, cohetes y drones en infraestructuras civiles, como viviendas y edificios públicos, para proteger su armamento. Según las fuerzas armadas israelíes, estos ataques buscan «degradar» las capacidades ofensivas del grupo chiíta y evitar futuros ataques contra Israel.
En una conferencia de prensa, el vocero militar Daniel Hagari indicó que Hizbulá estaba planeando un ataque contra civiles israelíes, lo que llevó a la decisión de lanzar una serie de bombardeos a gran escala. «En un ataque preciso, logramos eliminar a los terroristas que se preparaban para lanzar un misil desde una casa», aseguró Hagari.
Tensiones al borde de una guerra abierta
A pesar de la brutalidad de los ataques, Hizbulá ha dejado claro que no busca una guerra total. Sin embargo, la situación en la región es extremadamente tensa. El miedo a una escalada mayor es palpable, ya que cualquier paso en falso podría desencadenar un conflicto más amplio.
El presidente israelí, Isaac Herzog, defendió la ofensiva militar, afirmando que Israel tiene el derecho de proteger a sus ciudadanos. «Nuestro objetivo es asegurarnos de que los habitantes del norte de Israel puedan regresar a sus hogares en paz», afirmó Herzog en redes sociales.
¿Hacia una tregua o una escalada?
Si bien Hizbulá ha mostrado disposición para cesar los ataques si se alcanza un acuerdo de alto al fuego en Gaza, Israel ha dejado claro que seguirá con las incursiones hasta neutralizar las amenazas de su vecino del norte. El riesgo de un conflicto prolongado sigue latente, y la comunidad internacional observa de cerca para evitar una catástrofe mayor.