¿Cuál será el primer paso? El ministro de Economía, Álex Contreras, aprobó en marzo de este año un decreto supremo que otorga 558 millones de soles (US$ 152 millones) a La Marina de Guerra destinados a la construcción de cinco naves: una patrullera oceánica, dos patrulleras marítimas y dos unidades auxiliares.
La industria naval en Perú, a través del SIMA y sus astilleros en Chimbote, Iquitos y Callao, ha logrado construir 16 buques en los últimos años como el BP Paita (se entregó en 2022), incluso cruceros que ahora navegan por el Amazonas, además de reparar submarinos, pero con limitantes a nivel tecnológico y de conocimientos para construir o dar mantenimiento a buques más grandes, como los post panamax que llegarán con el puerto de Chancay. Para llegar a ese nivel, SIMA Perú ha enviado invitaciones a ocho países para formar una alianza estratégica por 30 años que implica una fuerte inversión en el países.
“Ya se tienen ofertas de inversionistas internacionales que quieren construir un astillero en Perú y no solamente para fabricar barcos, sino también para brindar servicios de mantenimiento”, declaró a inicios de mayo el ministro de Economía.
Si bien han recibido propuestas de siete países (México, Corea, España, Alemania, Francia y Países Bajos), un vocero de La Marina informó a Gestión que, a la fecha, hay dos países que han presentado formalmente sus intenciones de inversión, cada uno con hasta dos propuestas de astilleros diferentes.
Para ello, se trabaja en un “contrato distinto” , pues se trata de co-producir buques que incrementen el consumo de insumos locales.
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