Polémica por conflicto de interés y violación constitucional
El presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona, se refirió a la fallida compra de la casa del expresidente Salvador Allende, calificándola como un «bochorno» que afectó una iniciativa destinada a honrar la memoria de los exmandatarios Salvador Allende y Patricio Aylwin.
La polémica surgió luego de que se revelara un conflicto de interés en la transacción, ya que la adquisición del inmueble por $933 millones implicaba a la actual ministra de Defensa y nieta de Allende, Maya Fernández. Esto infringía la prohibición constitucional que impide a los ministros realizar contratos con el Estado, lo que llevó al Gobierno a desistir de la compra.
Declaraciones de Carmona sobre la responsabilidad y el contexto
En entrevista con Radio Infinita, Carmona descartó cualquier mala intención en la operación y eximió de responsabilidad a la ministra Fernández, afirmando que: “No creo que haya habido alguna mala intención, conociendo mucho a la ministra de Defensa, eso lo saco de lugar”. Sin embargo, reconoció que hubo una falta de prolijidad que derivó en el problema.
“Una iniciativa de esa dimensión, muy loable, se afecta por, para ser más elegantes, una imprudencia. Fue algo que no debió hacerse, sabiendo que habían partes incumbentes institucionalmente inhabilitadas”, sostuvo.
El impacto en el fondo de la iniciativa
Carmona expresó su esperanza de que el incidente no afecte el objetivo final de adquirir inmuebles con valor histórico para preservar la memoria de figuras como Allende y Aylwin. “Espero que este bochorno no afecte el tema de fondo, y que podamos, en un futuro, cuando esas partes incumbentes ya no estén inhabilitadas, concretar esta política de Estado”, señaló.
El dirigente comunista destacó la relevancia de la iniciativa, afirmando que supera las gestiones del actual Gobierno y que los inmuebles en cuestión son testigos de importantes momentos históricos: “Son lugares donde se han cobijado encuentros de estadistas con trascendencia mundial”, concluyó.
La postura del presidente Gabriel Boric
En medio de las críticas de la oposición, el presidente Gabriel Boric defendió la integridad de la familia Allende, subrayando que no existía ninguna intención de lucro o beneficio indebido en la transacción. “Nadie está buscando hacer ningún tipo de negocio ni enriquecerse a costa del Estado. Eso jamás lo permitiría”, afirmó el mandatario.
Un llamado a la prudencia
El caso deja en evidencia la necesidad de mayor prolijidad y prudencia en proyectos de esta naturaleza, especialmente cuando involucran a actores directamente vinculados con el Estado. Aunque la compra fue descartada, el debate en torno a la preservación de patrimonio histórico sigue abierto, con el desafío de superar las trabas administrativas y políticas que puedan surgir en el futuro.