La histórica marca de ropa United Colors of Benetton, fundada en Italia en 1965, enfrenta un complejo escenario financiero que la ha llevado a declarar su quiebra. La empresa, reconocida mundialmente por su enfoque en la inclusión y diversidad, lucha por adaptarse a un mercado dominado por el fast fashion y enfrenta millonarias deudas que amenazan su continuidad.
La crisis de Benetton
Con una deuda que asciende a 100 millones de dólares (cerca de 99 mil millones de pesos chilenos), la marca atraviesa un proceso de reestructuración para intentar mantenerse en el mercado. Esta estrategia implica el cierre de más de 400 tiendas a nivel global, afectando significativamente su presencia en distintos países.
En Chile, la situación es crítica, ya que las nueve sucursales ubicadas en Santiago, Iquique, Antofagasta, Puerto Varas, Coyhaique y Punta Arenas cerrarían próximamente como parte de este plan.
Pérdida de vigencia en el mercado
Benetton, que en el año 2000 figuraba en el puesto 75 de las mejores marcas globales según Interbrand, no pudo mantener su posición frente a la competencia de gigantes como Zara, H&M y Shein. A pesar de sus esfuerzos por destacar con campañas provocativas y mensajes sociales de la mano de su icónico fotógrafo Oliviero Toscani, la marca no logró adaptarse al auge del fast fashion ni a las nuevas tendencias de consumo.
El impacto del cierre de tiendas
La posible clausura de las sucursales en Chile no solo marcaría el fin de una era para los clientes locales, sino que también pone en evidencia la complejidad de mantener una estrategia de mercado sostenible en la actual industria de la moda.
A nivel global, Benetton quedaría con cerca de 3.000 puntos de venta, con los que planea intentar fortalecer su patrimonio de marca y recuperar algo del terreno perdido. Sin embargo, este panorama resulta incierto en medio de una disputa interna que llevó a su fundador, Luciano Benetton, a dejar la presidencia ejecutiva en mayo de 2024, acusando «traición» por parte de algunos miembros del directorio.
Benetton, una vez símbolo de modernidad e inclusión, enfrenta ahora uno de los momentos más difíciles de su historia, marcado por el desafío de sobrevivir en un mercado ferozmente competitivo.