El envejecimiento de la población en Chile ya no es solo una tendencia demográfica, sino una realidad que comienza a reflejarse en cifras concretas. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), citados por El Mercurio, en cuatro regiones del país se registraron más defunciones que nacimientos durante el último año, un signo claro de los desafíos que enfrentará el país en los próximos años.
Nacimientos en descenso y aumento relativo de muertes
Durante el año pasado, se contabilizaron 135.539 nacimientos en todo Chile, una cifra significativamente inferior a los 174.879 nacimientos registrados en 2023, mostrando un fuerte descenso.
Al mismo tiempo, mientras los nacimientos caen, la diferencia con las defunciones se acorta, lo que plantea graves problemas para el futuro, especialmente en el ámbito laboral, económico y social.
Regiones con más defunciones que nacimientos
Las estadísticas revelan que cuatro regiones del país ya presentan un saldo negativo en términos de crecimiento natural, es decir, mueren más personas de las que nacen:
- Región de Valparaíso:
- 12.772 nacimientos frente a 14.618 defunciones.
- Diferencia: 1.846 muertes más que nacimientos.
- Región de Ñuble:
- 3.708 nacimientos frente a 4.084 decesos.
- Región de Los Ríos:
- Más defunciones que nacimientos (cifras exactas no especificadas).
- Región de Magallanes:
- Más defunciones que nacimientos (cifras exactas no especificadas).
«Un país envejecido en fase avanzada»
Claudia Rodríguez, coordinadora del Centro del Envejecimiento de la Universidad de Los Andes, calificó estas cifras como «un indicador claro de que Chile es un país envejecido en una fase avanzada».
Rodríguez advirtió que, de continuar esta tendencia, algunas regiones enfrentarán serias dificultades, entre ellas:
- Escasez de fuerza laboral.
- Población altamente envejecida.
- Problemas para mantener servicios básicos y sociales.
Impacto económico, social y político del envejecimiento
Por su parte, Cristián Blanco, docente de Ciencias Económicas, Empresariales y Jurídicas de la Universidad de La Serena, destacó que este fenómeno trasciende lo demográfico, y tendrá fuertes implicaciones sociales, económicas y políticas que transformarán el panorama nacional en las próximas décadas.
Blanco enfatizó que será urgente:
- Adaptar los sistemas de salud y servicios sociales a las nuevas demandas de una población mayoritariamente envejecida.
- Fortalecer la atención en servicios geriátricos, atención domiciliaria y políticas de bienestar específicas para personas mayores.