El Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió su más reciente informe de Perspectivas Económicas Mundiales, en el que recorta las proyecciones de crecimiento tanto para Chile como para el resto del mundo. El ajuste responde principalmente a la intensificación de la guerra comercial impulsada por medidas arancelarias adoptadas por Estados Unidos, que han generado un clima de incertidumbre global.
El organismo advierte que la combinación de nuevos aranceles, tensiones diplomáticas y volatilidad en los mercados podría tener efectos prolongados sobre la recuperación económica global y regional.
Chile enfrentará menor expansión económica en 2025 y 2026
En lo que respecta a Chile, el FMI redujo su estimación de crecimiento económico para el 2025, bajando del 2,2% al 2%, y para el 2026, del 2,3% al 2,2%. Esta corrección se alinea con una tendencia de desaceleración proyectada para América Latina y el Caribe, cuya proyección fue ajustada de 2,4% a 2% en 2025, con una recuperación a 2,4% en 2026.
Estos datos reflejan los impactos regionales derivados de las tensiones comerciales, especialmente para economías abiertas como la chilena, dependientes de exportaciones de materias primas.
Proyección global cae por tensiones políticas y aranceles
El crecimiento mundial también fue corregido a la baja. El FMI estima que el mundo crecerá un 2,8% en 2025, lo que implica una caída de 0,5 puntos porcentuales respecto al pronóstico anterior. Para el 2026, se espera una expansión del 3%, tras otra rebaja de 0,3 puntos.
Según el documento, estas rebajas “se deben en gran parte a los efectos directos de las nuevas medidas arancelarias y sus consecuencias indirectas”, como el aumento de la incertidumbre, el deterioro de la confianza empresarial y la afectación a los canales de comercio internacional.
El FMI aclara que estas proyecciones consideran únicamente los aranceles anunciados entre el 1 de febrero y el 12 de marzo, incluyendo los impuestos aplicados por EE.UU. a Canadá, México y China, junto con las respuestas recíprocas de estos países, además de los gravámenes sobre acero y aluminio.
“Las revisiones son generalizadas y más pronunciadas en los países directamente involucrados en la disputa arancelaria. No obstante, el impacto también se extiende a otras economías, que enfrentan menores perspectivas debido a la incertidumbre y los efectos secundarios”, concluye el organismo.