En la ANFP ocurrió este miércoles lo que ya se venía murmurando hace varias semanas en los pasillos de la sede de Quilín. Betsson, la casa de apuestas en línea que se anotó como el principal patrocinador de los torneos de Primera División y Primera B de la temporada 2023, puso fin a su relación con la casa del fútbol. Lo hizo de manera anticipada, con dos años aún de relación por delante.
A través de una carta certificada, que iba patrocinada por el estudio de abogados que representa a la compañía, Betsson hizo uso de una de las cláusulas del contrato que le permitía dar por finalizada la relación de manera unilateral, previo pago de un mes de la cuota original, posterior al cierre del vínculo, según se estipuló en el contrato.
En la ANFP sabían que el escenario estaba latente frente a las trabas que estaba exhibiendo el Ministerio de Justicia para el normal funcionamiento de los juegos de azar en el país. Betsson ya venía manifestando su preocupación por el desprestigio que estaba sufriendo la marca. Más cuando la Corte Suprema había rechazado el recurso de protección por la sede de Quilín y obligaba a poner fin al contrato entre ambas partes en cerca de siete días más, según el plazo de 30 días que les fue otorgado en septiembre pasado. A eso se le sumaba la orden de la Subtel, que acordó el bloqueo de los juegos de azar online, con todos los proveedores de internet. El futuro tampoco estaba claro: no se sabía si existiría un bloqueo por un tiempo indeterminado mientras se regularizara o, simplemente, serían sacadas del mercado.
En Quilín comunicaron el fin de la relación a través de un escueto comunicado. “La Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) informa el término de los contratos que mantiene vigentes con Betsson a contar del 15 de octubre del presente año”, consigna, inicialmente. La idea es que Betsson se despida este fin de semana, en el duelo en que se puede definir al campeón de la Primera B.
“Lo anterior responde a una decisión de Betsson conforme a los contratos suscritos entre las partes”, añade, en relación a la forma en que se termina el vínculo comercial, una situación que había quedado en entredicho apenas empezaron a surgir los cuestionamientos.
La noticia golpeó a la sede de Quilín. Pablo Milad, el presidente de la ANFP, se comunicó con los timoneles de clubes para informarles de manera directa la resolución. Lo hizo junto a Jorge Yungue, el otro miembro del directorio, que lo acompaño a Zúrich tras el papelón en el Mundial 2030.
Es que al curicano aún le daba vuelta en su cabeza el almuerzo que realizó hace menos de un mes junto a los clubes de Primera División. En dicha instancia, los timoneles le golpearon la mesa y le prohibieron terminar el contrato con Betsson, pese a las amenazas que venían desde el Gobierno. En dicha instancia, se le planteó una exigencia concreta: no interrumpir unilateralmente la relación con Betsson, pues esa determinación podría generar un precedente que, en definitiva, valide antes de tiempo el bombardeo que los acuerdos están recibiendo desde el punto de vista formal. Sería un precedente para los clubes. “Hay que hacerse respetar”, le recriminaron.
Lo cierto es que la decisión llegó desde Betsson. Y, por lo mismo, Milad no rompió la promesa que tenía con los clubes de defender el vínculo hasta la última instancia. Sin embargo, algunos presidentes aseguran que la decisión de la casa de apuestas de igual forma, deja en un mal pie al timonel. ¿Por qué? Porque el curicano fue uno de los que más insistió (con millonarios contratos de abogados) en presentar el recurso en la Corte Suprema tras los golpes previos de la justificia.
En lo económico, en Quilín dejaron de recibir US$ 583.000 correspondiente a la última cuota de la temporada 2023, que sería transferida durante los próximos días y cubriría hasta diciembre. Además, la casa del fútbol se olvidará de los US$ 4,6 millones que estaban pactados para los próximos dos años de contrato. En total, considerando los diez meses que duró la relación comercial, en la ANFP alcanzaron a recibir US$ 777.000, que de igual manera es superior a los US$ 500 mil que pagó el auspiciador de la temporada pasada, AFP Plan Vital.
Por lo mismo, en Quilín ya está en marcha la búsqueda de nuevos contratos que ocupen la vacante que dejó Betsson. Se asume que los montos ofrecidos por la casa de apuesta son prácticamente imposibles de igualar. Se maneja la posibilidad de firmar con dos empresas que sean capaces de, al menos, acercarse lo más posible a los dineros pactados en el último contrato. Bajo ese escenario, el Banco Itaú y otra serie de compañías han hecho ofrecimientos que están siendo analizados.
El miedo de los clubes chilenos
En el fútbol chileno siguen con expectación el futuro de las casas de apuestas en la industria. Los tres clubes grandes del país están ligados a este mercado, aunque en los casos de Colo Colo y la U es más notorio. Ambos tienen como main sponsor a una empresa del rubro: el Cacique a Coolbet y los azules a Betano. En ambos casos, también, se trata de alianzas millonarias. El contrato que los albos sellaron en junio de 2022 implica el pago de US$ 3 millones anuales. Rige inicialmente por dos años y es prorrogable por otros dos. La empresa, además, es patrocinadora de uno de los principales adelantos con que se ha dotado al estadio Monumental en el último tiempo: la red de wifi para todos los sectores del recinto. La ‘iluminación’ cibernética costó US$ 500 mil.
Mientras, la U recibe US$ 2,5 millones de Betano y las primeras conclusiones de su equipo jurídico es que el dictamen de la Corte Suprema no amenaza esa relación. A la UC, 1XBet le paga por lucir su logo en la manga derecha de la camiseta y por publicidad en el sitio en que actúe como local, canchas de entrenamiento, zonas de conferencias y redes sociales. En San Carlos creen lo mismo que sus pares.
La generalidad es que ninguno de los aludidos interrumpirá sus relaciones hasta que no exista una notificación judicial que les obligue en tal sentido. En Colo Colo, al ser consultados hace una semana, fueron enfáticos. “No tenemos ningún problema técnicamente. Mientras no exista una resolución judicial que lo ordene, la relación se va a mantener. Entre Coolbet y Colo Colo no hay ningún problema. No ha sido ni siquiera un tema en Blanco y Negro. Tenemos un sponsor y estamos felices”, apuntan en Macul.
Para los de menor convocatoria, el efecto empieza a notarse. Betway, que estaba ligada a Coquimbo Unido, Audax Italiano, Unión La Calera, Everton y Ñublense ya anunció a sus socios comerciales que abandonaba el negocio del fútbol, a fines de septiembre. La empresa, sin embargo, se comprometió a pagar toda la temporada para no enfrentar temas legales.
El resumen es fácil de realizar desde las excepciones. En Primera División, solo Unión Española no registra vínculo alguno con empresas del rubro. En la Primera B, San Felipe, Recoleta, San Luis y Universidad de Concepción no tienen acuerdos con firmas de esa naturaleza. En el caso del Campanil hay que hacer una salvedad: es patrocinado por Kino, uno de los productos de Lotería de Concepción. La firma, junto con Polla Chilena de Beneficencia, es una de las autorizadas por ley para operar juegos de azar en el país.