El ministro de Energía, Diego Pardow, aseguró que enero de 2025 será el último mes con alzas en las cuentas de luz, marcando el inicio de un proceso de estabilización hasta el año 2028. Sin embargo, expertos y analistas advierten sobre posibles ajustes adicionales en las tarifas eléctricas.
Incrementos acumulados en las tarifas eléctricas
Desde el descongelamiento de las tarifas eléctricas en 2019, las alzas acumuladas en julio y octubre de 2024, junto con enero de 2025, suman un incremento de 55% a nivel nacional, según el gobierno. No obstante, algunos expertos corrigen esta cifra, elevándola al 60%.
El descongelamiento también implicó la reactivación del Valor Agregado de Distribución (VAD), un componente tarifario suspendido desde 2019, lo que ha generado una deuda adicional de US$600 millones con las distribuidoras eléctricas.
La deuda del VAD y su impacto en las cuentas
El director ejecutivo de Empresas Eléctricas AG, Juan Meriches, explicó que el retraso en el desarrollo del proceso tarifario generó esta deuda acumulada, que ahora debe ser liquidada. Este proceso dependerá de que Contraloría apruebe el decreto tarifario y la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) defina los plazos para el pago.
Javier Piedra Fierro, director de la Fundación Energía Para Todos, señaló que la reliquidación de tarifas podría generar un alza adicional de 10% en las cuentas de luz durante el 2025, aumentando la carga económica para los consumidores.
Impacto inflacionario
El economista Esteban Viani advirtió que estas alzas podrían agravar el panorama inflacionario de 2025. Aunque estos costos se incorporarán al Índice de Precios al Consumidor (IPC), se espera que su impacto disminuya en los datos del próximo año, ya que las alzas estarían internalizadas en el sistema.
Un debate olvidado: el VAD
El tema del Valor Agregado de Distribución ya había sido destacado en el contexto de la discusión sobre el subsidio eléctrico. El académico de la Universidad de Santiago, Humberto Verdejo, advirtió sobre su relevancia, pero el debate fue dejado de lado. Hoy, el impacto del VAD resurge como un desafío para el sector energético y los consumidores.