Una nueva ilusión copera para Colo Colo comenzó en la noche del miércoles, debutando en la fase grupal de la Copa Libertadores. Con más o menos fundamentos, cada vez que se inicia un camino continental, está el anhelo de rememorar tiempos gloriosos. En esta ocasión, hubo que sufrir. Cuando un amargo empate estaba instalado, una aparición fulgurante de Lucas Cepeda, en el último minuto, fue el salvavidas para el nudo que significó Cerro Porteño. Terminó siendo un 1-0 que es un premio, porque el local no jugó bien.
El 13° enfrentamiento entre chilenos y paraguayos en la historia de la Copa tuvo como uno de sus ingredientes notorios el retorno de Arturo Vidal a la titularidad, para formar el trío del mediocampo con Pavez y Gil. Después de 17 años, el ex Athletico Paranaense volvía a jugar una ronda de grupos de la Libertadores con la camiseta alba. En 2007, con Claudio Borghi en el banco, estaba en otro momento de su carrera. En apariencia, era el once ideal de Jorge Almirón, con Zavala, Paiva y Palacios en el ataque. El sacrificado era Marcos Bolados, quien entró más tarde.
En las apuestas iniciales, el Ciclón es el rival directo del Cacique de cara a la clasificación, considerando que Fluminense es el gran favorito del grupo A. Ya sea por la relevancia del juego u otros factores, el primer tiempo de Colo Colo no fue convincente, tanto por su propia labor como por el trabajo del rival. En simple, los 45 minutos iniciales se jugaron como quiso Cerro Porteño.
La visita, al mando del español Manolo Jiménez, fue un cuadro compacto, que no le cedía mayores espacios a un Cacique carente de profundidad. Cerro dejó que los centrales colocolinos tengan el balón para luego apretar. No fueron pocas las perdidas del local en los primeros minutos. Si bien el balón lo manejó el cuadro albo, esa tenencia no iba de la mano con ataques profundos o exigencias para el golero Jean. En esa dirección, los intentos de Carlos Palacios eran rescatables. Desde la izquierda hacia el centro, el 7 de los blancos podía encarar y ganar metros, pero no tenía buena compañía.
La primera parte fue áspera, ajustada, como un típico duelo de Libertadores (sobre todo ante rivales de tradición). Colo Colo tampoco aprovechó la pelota detenida, arma para destrabar duelos de estas características. Las ejecuciones de Leonardo Gil no encontraban a un compañero. La ocasión que generó más riesgo en el arco del Ciclón fue en los 17′, en un casi autogol del delantero Edu que rechazó Jean. El 65% de posesión de balón que registró el Cacique en el primer lapso sirvió de poco en el afán de ser un cuadro vertical y/o dominador.
La presencia de Vidal tampoco era un factor diferenciador en favor de los blancos. Impreciso, frustrado, se notaba que no estaba al cien por ciento. Fue reemplazado en los 85′ por Lucas Cepeda, quien iba a ser el protagonista de la noche.
Estos partidos de Copa Libertadores traen aparejados la respectiva dosis de nerviosismo. Más aún, si el trámite del encuentro no acompaña. Lo exhibido por Colo Colo era muy distinto a, por ejemplo, el duelo ante Godoy Cruz, de lo mejor de la temporada (Trinidense es distinto porque es un elenco de menor categoría). Hacía falta mover el árbol para despertar a un Colo Colo falto de ideas e impreciso (alguien como Vicente Pizarro era ideal). Almirón apostó por Bolados por un ausente Zavala.
Guillermo Paiva. FOTO: AGENCIAUNO
En los 66′, los hinchas albos quedaron estupefactos porque Cerro Porteño encontró un gol. Christian Báez definió solo ante Cortés, luego de un tiro de esquina. Balde de agua fría en Macul. Sin embargo, llegó el alivio porque fue anulado por un milimétrico fuera de juego. Eso envalentonó a los fanáticos, que subieron la voz para tratar de levantar a un equipo que no daba con las respuestas para descifrar el puzzle.
Con más empeño que otra cosa, Colo Colo jugó en el epílogo con Bolados y Cepeda bien abiertos, más Damián Pizarro en el centro del área (relevó sobre el final a un Paiva neutralizado). Un error en la zaga paraguaya le permitió al local destrabar el partido y encontrar un gol gracias a Cepeda, con un remate de zurda cruzado. Catarsis en el Monumental, después de hacer más de 90′ que dejaron dudas. Pero en la Copa hay que ganar y se ganó.
Ahora, el calendario se estrecha y los partidos se acumulan. El sábado visitan a Ñublense, en Chillán, y el próximo martes jugarán ante Fluminense, en Río de Janeiro. Ir a la casa del campeón nunca es fácil.
Colo Colo: B. Cortés; O. Opazo, A. Saldivia, M. Falcón (59′, E. Amor), E. Wiemberg; A. Vidal (85′, L. Cepeda), E. Pavez, L. Gil; C. Zavala (59′, M. Bolados), G. Paiva (87′, D. Pizarro) y C. Palacios. DT: J. Almirón.
Cerro Porteño: Jean; E. Giménez, B. Valdéz (31′, C. Báez), E. Brock, S. Arzamendia; J. Iturbe (62′, W. Viera), J. Morel, R. Piris da Motta, C. Domínguez (63′, L. Riveros); F. Peralta (62′, F. Carrizo); y Edu (73′, A. Oviedo). DT: M. Jiménez.
Goles: 1-0, 90′+4′, Cepeda, con un remate bajo con la zurda.
Árbitro: F. Tello (ARG). Amonestó a Vidal, Gil (CC); Peralta, Giménez, Arzamendia, Morel (CP).
Estadio Monumental. Asistieron 35 mil personas, aprox.