La obligación de los bávaros convirtió al duelo en un encuentro tenso, inmerso en la desesperación del local y el mismo libreto de siempre por el lado del campeón de la Premier League.
Porque los dirigidos de Josep Guardiola nunca renunciaron a la presión alta y a la ocupación constante de los espacios. En ese planteamiento, el monarca germano navegaba de manera permanente en busca de ese gol que acerca un poco a la hazaña.
Así lo entendió el galo Kingsley Coman, quien fue un problema sin solución en la derecha del ataque del elenco local, donde el zaguero neerlandés Nathan Aké se vio sobrepasado muchas veces.
Porque el exjugador de Juventus fue el más peligroso en el inicio. Antes de los diez minutos, el galo ya había lanzado dos venenosos centros, en el primero sacó John Stones y el siguiente no llegó a destino en el área.
Eran muy pocas las ocasiones en que los alemanes pillaban a os británicos fuera de balance. La más clara la protagonizó Leroy Sané (agredido por Sadio Mané en la polémica de la semana pasada), quien enfrentó solo a Ederson, pero que remató ancho ante la salida del meta brasileño, a los 17′.
Cuatro minutos más tarde, el mismo jugador alemán obligó a una gran reacción del golero sudamericano con un impecable tiro libre de zurda, que el arquero sacó de emergencia.
A los 34′, sucedió el momento que pudo cerrar la serie definitiva en favor de los ingleses. La mano de Dayot Upamecano fue advertida por el árbitro francés Clement Turpin, quien no dudó en cobrar el penal. Erling Haaland tomó la pelota y su disparo se fue sobre el arco de Yann Sommer.
En el final de la primera parte, el cuadro de Thomas Tuchel tuvo la más clara. Coman comenzó la jugada, abrió para Jamal Musiala y cuando recibió el balón de vuelta, en área chica, se vio complicado por cuatro jugadores rivales.
En el tiempo complementario el partido no salió del mismo eje. Bayern de Múnich intentó buscar los espacios que los ingleses negaron de manera casi perpetua.
Encima, el contragolpe del City era letal. A los 55 minutos, Haaland enfrentó solo a Sommer, pero su remate salió débil a las manos del golero suizo del cuadro bávaro.
En la jugada siguiente, Coman reaccionó para ganar otra vez línea de fondo. Sin embargo, su tiro paralelo a la línea de sentencia no pudo ser contenido por Ederson y nadie del equipo alemán pudo meter el balón al arco.
De esa misma acción nació el gol de los Ciudadanos. Bajo la misma fórmula, el contraataque. Y con el mismo villano del primer partido: Upamecano, cuyo error costó el 2-0 en la ida y mató las pretensiones de los bávaros.
El central francés se cayó cuando trataba de impedir el ingreso al área de Haaland. Con el camino abierto, el noruego enfrentó a Sommer y remató cruzado para el 1-0 del equipo mancuniano.
A ocho minutos del final, el juez Turpin advirtió una mano en el área del suizo Manuel Akanji y cobró el penal a instancias del VAR. Tiro que no falló Joshua Kimmich para el 1-1 que hizo más honrosa la eliminación del club seis veces campeón del trofeo continental.
Pero la clasificación del City ya estaba firmada. Por tercera temporada consecutiva el cuadro británico llega a semifinales donde volverá a medirse a Real Madrid, su verdugo del año pasado en tiempo suplementario.
Inter de Milán vuelve a la semifinal de la Champions League después de 13 años, cuando ganó el título bajo las órdenes de José Mourinho. El equipo lombardo igualó 3-3 con Benfica para completar un 5-3 en el marcador global.
De esa manera, el equipo nerazzurro se medirá a su archirrival Milan en la ronda de los mejores cuatro equipos del torneo europeo. La última vez que la competencia vio un Derby della Madonnina fue en 2005, cuando ambos rivales se encontraron en cuartos de final con un 5-0 en el global para los rossoneri.