Luis Alberto Cancino Mena, un ciudadano chileno de 39 años residente en Australia, fue sentenciado por haber grabado sin consentimiento a sus compañeras de casa mientras se duchaban. El hecho ocurrió en un baño compartido y fue llevado a cabo mediante una cámara camuflada dentro de un lápiz, que colocó estratégicamente frente a la ducha.

Las grabaciones salieron a la luz gracias al hallazgo realizado por los limpiadores de la casa, quienes encontraron el lápiz en el suelo del baño. Al desmontar el dispositivo, descubrieron que contenía una tarjeta de almacenamiento con archivos de video. Entre los contenidos, hallaron imágenes de ellos mismos realizando labores de limpieza, así como grabaciones de una mujer duchándose. Ante esta situación, recurrieron a la policía.
Ante el tribunal, Cancino se declaró culpable de tres cargos por haber obtenido intencionalmente videos e imágenes íntimas sin consentimiento. La evidencia indicó que el dispositivo fue instalado con el objetivo explícito de vulnerar la privacidad de sus compañeras de vivienda.
El magistrado Michael Barko, encargado de dictar la sentencia, calificó la conducta del acusado como una grave infracción a la intimidad y expresó su indignación en sala. “Es increíble que mujeres inocentes sean filmadas sin su consentimiento”, afirmó, destacando el profundo impacto psicológico que este tipo de situaciones puede generar en las víctimas. Barko señaló que las afectadas “pasarán el resto de sus vidas preguntándose si sus cuerpos fueron mostrados en Internet”.
El magistrado también hizo hincapié en los riesgos de exposición digital: “Todo es accesible en Internet y en las plataformas de redes sociales con solo pulsar un botón. Es una perversión, tiene que ser una perversión. No tengo reparos en mirar al acusado a los ojos cuando lo digo”.
Aunque Cancino fue condenado, no enfrentará tiempo en prisión. En su lugar, deberá cumplir nueve meses de trabajo comunitario y se le impuso una orden de alejamiento por dos años por violencia de género.
Por otro lado, los documentos judiciales revelaron que la visa temporal del chileno estaba próxima a expirar al momento de su arresto. Según declaró a la policía, tenía la intención de regresar a Chile. El magistrado comentó al respecto: “Francamente, el público australiano no lo quiere aquí”, aunque no se ha confirmado si el acusado efectivamente dejará el país.