La guerra comercial entre Estados Unidos y China sumó este jueves un nuevo capítulo con repercusiones directas para la industria cinematográfica. El gobierno chino anunció que reducirá de forma «moderada» la cantidad de películas estadounidenses que se exhiben oficialmente en el país asiático, como parte de su respuesta al reciente aumento arancelario del 125% decretado por el presidente Donald Trump.
Este nuevo ajuste en la política cultural se suma a las medidas económicas que Pekín ha desplegado en represalia, reafirmando su postura de que «luchará hasta el final» si Washington mantiene su estrategia de presión comercial.
Reducción de películas estadounidenses en el mercado chino
La medida fue comunicada a través de un vocero de la Oficina Nacional del Cine, quien señaló que el abuso de aranceles por parte del gobierno estadounidense «solo puede disminuir la popularidad de las películas estadounidenses entre los espectadores chinos».
«Seguiremos las reglas del mercado, respetaremos las elecciones de los espectadores y reduciremos moderadamente el número de películas estadounidenses importadas», afirmó el organismo en un comunicado oficial publicado este jueves, en respuesta directa al endurecimiento de las políticas comerciales de EE.UU.
China: un mercado clave para Hollywood
China es actualmente el segundo mayor mercado cinematográfico del mundo, solo por detrás de Estados Unidos, lo que lo convierte en un destino fundamental para las superproducciones de Hollywood. Estrenos internacionales como los del universo Marvel, franquicias de acción y grandes producciones animadas suelen encontrar en China una alta recaudación, razón por la cual esta nueva restricción podría tener un impacto económico significativo en los estudios norteamericanos.
Si bien el gobierno chino ya limita la cantidad de películas extranjeras que se proyectan en sus salas, el anuncio de este jueves sugiere una mayor restricción a corto plazo, en el marco de la escalada comercial. Aun así, en la práctica, muchos ciudadanos chinos continúan accediendo a contenido internacional mediante plataformas de streaming locales, sitios piratas o descargas no oficiales.
La decisión representa una señal política y cultural dentro del conflicto económico que mantiene en tensión a las dos mayores potencias del planeta.