La educación superior en Chile ha experimentado cambios significativos desde la década de 1990, enfrentándose a desafíos estructurales y administrativos. A pesar de un aumento sustancial en los ingresos, el sector ha visto una disminución en el número de instituciones, lo que plantea importantes preguntas sobre su sostenibilidad y futuro.
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Un Auge en Ingresos pero No en Proveedores
En los últimos años, la educación superior en Chile ha recibido inversiones notablemente significativas, alcanzando ingresos de 7 billones de pesos para el 2023. Sin embargo, desde 1990, el número de instituciones reconocidas ha disminuido notablemente desde el pico histórico de 301. Esta situación genera controversia dado que el flujo de ingresos solo ha aumentado, con excepción de los años de pandemia.
Factores que Contribuyen al Estrés Institucional
- Regulación Pública Robusta y Contingente: El refuerzo de las regulaciones desde los años 90, incluyendo el cierre de varias universidades, ha afectado el sector.
- Modelos Gubernamentales Adaptativos: Aunque se adaptan a las políticas vigentes, los modelos de gobierno institucional han mostrado una baja intensidad en decisiones estratégicas robustas.
- Administración Financiera Estancada: La estructura administrativa financiera no ha evolucionado acorde al crecimiento en complejidad y volumen de recursos.
La Reforma de 2018: Un Hito Regulatorio
La reforma aprobada de 2018 busca guiar el futuro del sector educativo mediante la creación de nuevas normativas y la coordinación de instituciones bajo el Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad (Sinaces). La implementación de esta reforma, aunque retrasada por la pandemia, es crucial para abordar las crisis internas y mejorar el control fiscalizador del sector.
Sostenibilidad y Futuro de la Educación Superior
Para enfrentar los desafíos actuales, es esencial que las instituciones educativas innoven en marcos de gobernanza interna que promuevan una participación activa y una toma de decisiones informada. Además, deben fortalecer sus equipos de administración financiera para gestionar adecuadamente el alto volumen de ingresos y recursos crediticios que reciben.
La educación superior chilena está en un punto crucial donde tanto la política pública como la autogestión institucional deben unirse para mitigar el estrés creciente y asegurar un crecimiento sostenible.