El lío de platas por las fundaciones fue el tema central de las dos bancadas se reunieron el martes a almorzar. Con asistencia completa (siete socialistas y seis PPD-Independientes), los presentes coincidieron en que la permanencia de Giorgio Jackson en el gabinete no resiste mucho tiempo.
La entrevista que concedió el senador PPD Jaime Quintana, quien asumirá la presidencia de su colectividad en las próximas semanas, fue sucintamente comentada en la reunión-almuerzo que sostuvieron este martes, en Valparaíso, los senadores de las bancadas del PS y del PPD (integrada por tres independientes).
“El ministro Jackson se ha transformado, en los hechos, en un problema para La Moneda”, dijo Quintana en la entrevista, dichos que fueron compartidos “por todos”, según comentan algunos comensales de ese día. Algunos con matices, aclaran otros.
Para la ocasión, los trece senadores del Socialismo Democrático decidieron quitar los paneles que separan los comedores de ambos comités en el piso 14 de la torre del Senado y hacer una catarsis colectiva del actual momento político.
Obviamente, el lío de platas por las fundaciones -que ya va completar dos meses sin atisbos de que vaya a decantar en el breve plazo-, fue el tema central de las dos bancadas que contaron con asistencia completa (siete socialistas y seis PPD-Independientes).
El diagnóstico fue compartido: la crisis está fuera de control y con antecedentes que siguen apareciendo “a goteo”. Varios además advirtieron que el gobierno está enredado y con poco margen de acción.
Si bien en la cita, no se profundizó en recetas para superar la crisis, se acordó que el grupo de 13 senadores del Socialismo Democrático actuaran unidos en momentos de fragilidad de La Moneda. Esto, tanto para buscar sus objetivos con el propio gobierno y también como puente para acuerdos con la oposición.
Uno de los asistentes mencionó que el Frente Amplio y el PC han comenzado a dar muestras de desmarque de La Moneda, restándole apoyo al Presidente. Prueba de ello, fueron las votaciones en contra de los diputados de izquierda en algunas iniciativas de la agenda de seguridad que promueve la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD).
En este escenario, el PS y PPD coincidieron mayoritariamente que tenían que seguir actuando como sustento de la administración de Boric.
Cuando estaban reunidos, los diputados republicanos aún no anunciaban la presentación de una acusación constitucional contra el ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, pero ya estaba sobre la mesa el análisis de que el Presidente Gabriel Boric tenía que adoptar medidas drásticas sobre la continuidad de quien ha sido por años su principal consejero y aliado político.
En los últimos días, la inicial exigencia solitaria del senador socialista Fidel Espinoza -quien es conocido por su efusividad y su rivalidad con Jackson- había comenzado a permear en otros legisladores del bloque.
“Claramente hay coincidencia en que (Jackson) no da para más, que es una mochila pesada que se lleva la agenda hacia temas negativos. Algunos dijimos que era egoísta y mal amigo con el propio Presidente, que se ampara en esa amistad para no salir del cargo”, dijo Espinoza a La Tercera.
Además de los dichos de Quintana, publicados el sábado, algunos senadores socialistas como Juan Luis Castro y Gastón Saavedra también dieron señales a favor de un ajuste de gabinete.
“El Presidente tendrá que tomar una decisión, de una vez por todas, para tomar el control de la agenda”, señaló, por ejemplo, Saavedra la semana pasada. Consultado por la reunión de este martes, el mismo legislador del PS reforzó su diagnóstico: “Se trata de ir dando pasos para que el gobierno y el Presidente Boric no se debiliten con esto… Por eso, esperamos que las definiciones que se tengan que tomar se tomen pronto y no sean una lenta agonía”.
El lunes, un día antes del almuerzo, el senador PPD Ricardo Lagos Weber, en una entrevista en Pulso, también abordó sutilmente el tema de un posible cambio. “El Presidente ha decidido mantener al ministro Jackson y, en eso voy, a respaldar la decisión del Presidente, pero he sido súper claro: cada uno tiene que evaluarse si en el cargo que ocupa está haciendo la mejor contribución al gobierno”, dijo.
Sin embargo, en el oficialismo e, incluso, en el propio gobierno hay consciencia de que la situación de Jackson se ha complicado, aun cuando no existan pruebas de su responsabilidad de los traspasos irregulares de dineros fiscales a fundaciones ligadas mayoritariamente al Frente Amplio. Un escenario, con la oposición exigiendo la salida del ministro de Desarrollo y cuestionando un presunto mal uso de recursos fiscales, hace que la Ley de Presupuesto, cuya discusión parte a fines de septiembre, sea “intramitable”.
En la cita de los senadores si bien el diagnóstico principal fue sobre la figura de Jackson, según algunas versiones también se dio cuenta de la fragilidad en la que se encuentra el ministro de Vivienda, Carlos Montes (PS), debido a que fue en su cartera donde firmaron los cuestionados convenios con Democracia Viva y se destapó el escándalo. De todas formas, los senadores socialistas, incluyendo a su timonel Paulina Vodanovic, han blindado a Montes, en más de una oportunidad, ante La Moneda. La advertencia ha sido que él no puede salir solo del gabinete.
Entre los senadores además existe inquietud porque creen que el cuadro para La Moneda es complejo no solo por el lío de platas, sino por otros flancos que tienen abiertos y que deben resolver en materia de pensiones, la crisis en Enami, el nuevo fallo de la Suprema sobre las Isapres, entre otros asuntos que mantienen en alerta al oficialismo. Por lo mismo, son los varios los que creen que falta un diseño más claro de Palacio para enfrentar la crisis que los golpea y que, por lo mismo, consideran que un ajuste de gabinete se hace necesario para darle aire a la administración de Boric.
El problema, creen algunos, es que el anuncio de la acusación de parte de los republicanos entrampó cualquier decisión presidencial debido a que el Mandatario no quiere ceder a las presiones de la derecha. Sin embargo, otros advierten que ya hay un plan en curso para hacer los ajustes necesarios.