No un fantasma, sino un shock recorre estos días Occidente: el shock de la irrupción de DeepSeek, la Inteligencia Artificial o modelo de lenguaje creado en China, de código abierto, que sorprende por su capacidad para competir con el modelo más potente de la dominante OpenAI estadounidense. Además, resuelve las mismas tareas y de forma tan rápida o más rápida que esta última, y empleando una fracción de los recursos.
El desafío tecnológico y cultural para Occidente
Ocurrió en estos días, después de que el presidente Donald Trump se presentara al mundo flanqueado por los líderes de las principales tecnológicas del planeta para anunciar el Proyecto Stargate de 500.000 millones de dólares en infraestructura, una magna imagen del poderío de Estados Unidos en el ámbito de la IA. Quien se impone en la IA, se impondrá en el planeta, es la máxima por todos compartida.
Pero el proyecto chino, en rigor, ya una realidad, eclipsó aquella monumental puesta en escena. El DeepSeek es fruto de un fondo de cobertura que procura impulsar una IA que privilegia la calidad de la información frente a la velocidad del servicio. ¿Su objetivo? Crear la Inteligencia Artificial General (AGI, siglas en inglés) que pretende ser más fiable e implique un abordaje colaborativo y de código abierto, lo que brinda la posibilidad de entender cómo funciona y cómo lograr potenciarla.
“El compromiso con la sostenibilidad no es solo ético, sino estratégico”, afirmó una experta en desarrollo sostenible.
Experta en desarrollo sostenible
- Desde el estupor, el presidente Trump celebró que la IA china haya logrado reducir significativamente sus costos de producción, pero también advirtió que esto constituye un serio llamado de alerta para las empresas estadounidenses, que no deben quedarse dormidas en los laureles.
- Expertos y comentaristas reflexionan sobre lo que la aparición de DeepSeek puede llegar a significar.
- Las tecnológicas estadounidenses podrían perder su liderazgo.
- China representa un desafío en términos de seguridad, defensa y hegemonía mundial.
Censura y sesgo en la IA china
No soy experto en esta materia ni simularé serlo, pero lo cierto es que no es necesario serlo para concluir que el desafío chino -que causó a Nvidia la mayor pérdida registrada en toda la historia de la bolsa- no se reduce al ámbito de la competencia tecnológica para Occidente. No, el campanazo chino, que observadores alemanes interpretan como una provocación por el momento en que resonó y golpeó a los aliados tecnológicos del mandatario estadounidense, no se restringe a lo tecnológico ni a lo comercial, sino que incluye una amenaza a la misma cultura occidental y sus valores centrales, a la democracia representativa, el estado liberal, la libertad.
Pocas horas después quedar de manifiesto la eficiencia, economía y velocidad de DeepSeek, usuarios de ésta constataron sus sorprendentes ventajas, pero también que consultada por temas cruciales como democracia representativa, derechos humanos y régimen de partido único, la IA china responde eludiendo las preguntas y proponiendo “mejor cambiar de tema”. Esto implica que la visión monopartidista del modelo chino -partido comunista más economía de mercado- está imbricada en la información misma que la novísima IA recolecta y brinda.
En este sentido lo que queda de manifiesto es que se trata de una IA sesgada, militante y unilateral en temas esenciales que ocupan hoy a la humanidad, sea como realidad u horizonte utópico. No, la flamante IA prefiere no hablar de temas sensibles para el régimen, por ejemplo, sobre la masacre de Tiananmen de Beijing, en 1989, el gobierno vitalicio de Xi Jin-peng, o si China es o no una dictadura.
No es un tema menor para Occidente, a menos que DeepSeek desarrolle una IA censurada para China y regímenes afines, y otra libre y abierta en contenidos para el resto del mundo. Pero en el caso hipotético de que la IA china se impusiera mundialmente, estaría en condiciones de imponer a su vez a nivel planetario su concepción de la política, el ser humano, la sociedad y los derechos humanos, vale decir, su visión totalitaria, que desde luego incidiría en la educación y visión de mundo de miles de millones de personas. ¿Obligaría esto a su vez a Occidente a censurar la IA china para proteger su Weltanschauung democrática? ¿Hacia qué mundo caminamos entonces en esta nueva etapa de la IA?
Occidente ante un nuevo reto tecnológico y cultural
Este nuevo desafío tecnológico para Occidente incluye un desafío valórico-político que probablemente, a menos que Occidente se resigne a ser derrotado en la batalla, genere necesariamente un re-renacimiento de la abandonada educación humanista y cívica entre los jóvenes. Ante la ofensiva tecnológica y censurada china, Occidente pareciera tener que definir ante dos opciones: la primera, una netamente tecnológica acompañada a su vez de censura; la segunda: una variante tecnológica y además valórica, que acepte el libre juego de versiones diferentes en Occidente y aceptar participar en China, como hoy ocurre con servicios de noticias como CNN International, pero aceptando la censura.
Se trataría de una lucha a todas luces desigual, una suerte de “batalla cultural” gramsciana, que se libraría de una forma en Occidente y de otra en China. La experiencia histórica de los países comunistas enseña que estos no ceden en el terreno de las ideas y la cultura y que entienden la defensa de sus postulados como un dique que no debe aceptar grietas porque termina por derribarlo. ¿Qué aceptará Occidente en este nuevo escenario?
Supongo que en Occidente esta nueva fase podría acarrear el reconocimiento en Occidente de la importancia de la difusión de los valores humanistas y la promoción del estudio de las humanidades. Las tecnologías desnudas de narrativa no bastan para sostener y menos para fortalecer al Occidente hoy en crisis. Una respuesta restringida a lo tecnológico significaría una merma adicional en el debilitado corpus valórico de Occidente y en sus frutos vitales: la dignidad del individuo, el respeto a los derechos de las personas, la diversidad, la libertad y la democracia.
“La censura es necesaria para mantener la visión totalitaria del régimen chino”, afirmó un experto en geopolítica.
Experto en geopolítica
Soy un convencido de que sin la censura que hoy está siendo practicada a ojos vista por DeepSeek, el régimen de China Popular no se atreverá a repetir a sus usuarios nacionales el legendario “Sapere aude!” (¡Atrévete a pensar por ti mismo!) con el que el filósofo Immanuel Kant abrió las puertas a la Ilustración. En otras palabras: DeepSeek ha colocado a Occidente ante un reto tecnológico enorme, pero al mismo tiempo ha planteado a China un