La Fiscalía afirmó que esclarecer lo ocurrido en la muerte del carabinero baleado, presuntamente, por un colega mientras realizaban labores de seguridad privada en el Teatro Caupolicán, ha sido un trabajo dificultoso por la falta de colaboración y la poca veracidad en el testimonio de diversos testigos y de los carabineros dados de baja en el caso.
La dudas de la Fiscalía en la muerte del carabinero baleado en el Teatro Caupolicán
El ministerio público aún no logra armar el puzzle policial en torno a su crimen, pese a que este jueves fue imputado el excarabinero Javier Molina por lo sucedido por cuasidelito de homicidio y tenencia ilegal de arma de munición. Diversas hipótesis se manejaron y en la formalización del uniformado, el Ministerio Público entregó más detalles de lo ocurrido. A simple vista se puede deducir que hubo un pacto de silencio para que los funcionarios policiales no fueran descubiertos prestando servicios de seguridad privada. «Se tornó muy dificultosa por la falta de colaboración de los testigos de quienes, particularmente varios de ellos, en calidad de funcionarios públicos, debieron haber colaborado con veracidad, con transparencia, cuestión que no lo hicieron», señaló la fiscal Macarena Cañas.
El trabajo de los carabineros por guardias de seguridad
Si bien no se ha podido establecer si existía coordinación entre los carabineros y el teatro para la contratación de los uniformados, si es una práctica que se habría repetido en el tiempo. «Lo que es cierto es que aquí había una actividad de alguna manera regular con presencia de carabineros activos trabajando en horas no propias de sus servicios en una labor que les está vedada, les está prohibida», sostuvo Cañas. Juan Antonio Aravena, administrador del recinto, aseguró que «nosotros desconocíamos la situación de los carabineros activos. En el afán de proteger al público que viene al Teatro Caupolicán nosotros implementamos un servicio de vigilancia que cumplía labores de seguridad y ahí, después nos enteramos, que había carabineros».
Possible arma de uso irregular
Además, se dio a conocer que, pese a asumir su responsabilidad, el carabinero imputado habría entregado otra arma y no la que disparó esa noche. Una de las hipótesis es que esa pistola, que aún no aparece, pueda ser irregular. La Fiscalía también confirmó que hubo un cuarto carabinero prestando servicios de seguridad aquella jornada y de igual forma fue dado de baja. Cabe señalar que el excarabinero formalizado quedó con arresto domiciliario nocturno, firma semanal y prohibición de acercase al teatro y a testigos. Por su parte, la Defensoría Penal Pública, a través de un comunicado, señaló que inició un sumario interno a un funcionario que está en calidad de testigo y sería quien contrató a los carabineros para resguardar el Caupolicán.
