En los próximos meses, Chile podría experimentar un aumento en las lluvias, especialmente en la zona central, debido a la influencia del fenómeno conocido como El Niño Costero. Aunque su mayor impacto suele concentrarse en países como Ecuador y Perú, sus efectos indirectos podrían modificar el clima nacional y marcar diferencias de cara al invierno 2025.
¿Qué es El Niño Costero y cómo podría afectar a Chile?
El Niño Costero es un fenómeno climático caracterizado por el calentamiento anómalo de las aguas del Pacífico frente a las costas de Sudamérica, principalmente cerca de Perú y Ecuador. A diferencia del El Niño global, que afecta al clima en diversas partes del planeta, El Niño Costero tiene efectos más localizados, aunque sus repercusiones pueden extenderse hacia Chile.
Según explicó la meteoróloga Laura Batista en Mega, este fenómeno debilita el anticiclón subtropical del Pacífico Sur, una masa de alta presión que normalmente impide la llegada de sistemas frontales a la zona central del país.
«Lo que nos afecta a nosotros es que el anticiclón se debilita un poquito y deja pasar a sistemas frontales. Y eso es lo que nos puede favorecer un poco en cuanto a precipitaciones para la zona central«, detalló Batista.
¿En qué se diferencia El Niño Costero del Niño global?
Mientras que El Niño global genera alteraciones climáticas a gran escala, afectando patrones meteorológicos en múltiples continentes, El Niño Costero actúa de manera más localizada en la costa del Pacífico, limitando sus efectos principalmente a Sudamérica. En Chile, su impacto se traduce en un mayor flujo de sistemas frontales, lo que podría resultar en más lluvias de lo habitual, aunque sin llegar a causar eventos extremos.
¿Cuándo comenzaría a sentirse el impacto de El Niño Costero en Chile?
De acuerdo con los pronósticos de Batista, los efectos de este fenómeno podrían empezar a notarse entre marzo y abril, generando un adelanto de las lluvias en la zona central. Esta tendencia aumentaría la probabilidad de precipitaciones tempranas, algo que no siempre ocurre con regularidad en los últimos años.
En cuanto a las temperaturas, se espera que el frío característico del invierno no se presente con fuerza hasta junio, coincidiendo con el solsticio de invierno. Según la experta, el periodo previo podría registrar una transición gradual hacia temperaturas más bajas.
«El frío más intenso partiría hacia junio, que es cuando ocurre el solsticio de invierno», indicó la meteoróloga, agregando que antes de esa fecha las temperaturas se mantendrán en un rango más templado.
¿Qué zonas podrían beneficiarse de este fenómeno?
El mayor impacto se concentraría en la zona central de Chile, que suele verse afectada por largos periodos de sequía. De confirmarse un incremento en las precipitaciones, esto podría aliviar parcialmente la crisis hídrica, especialmente en regiones como Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins y Maule. Sin embargo, no se espera que las lluvias sean tan intensas como para provocar desbordes o inundaciones masivas, a diferencia de lo que podría suceder en zonas más directamente afectadas como las costas de Perú o Ecuador.