El ministro del Interior, Álvaro Elizalde, anunció su viaje a Buenos Aires por instrucción del presidente Gabriel Boric para acompañar a los hinchas chilenos afectados por los hechos de violencia ocurridos durante el partido entre Universidad de Chile e Independiente, que dejaron 15 heridos y casi 100 detenidos.
Misión oficial en Argentina
Durante un punto de prensa en La Moneda, antes de abordar el vuelo, Elizalde explicó que «el Presidente ha instruido que viaje a Argentina para acompañar a los heridos y conocer la situación de los detenidos«.
La autoridad reafirmó que «es muy importante que el Estado de Chile se haga presente en todas partes del mundo para otorgar toda la protección que requieren nuestros compatriotas«.
Condena a la violencia y distinción de situaciones
El ministro condenó «toda forma de violencia, particularmente la violencia en el fútbol» y estableció una distinción clara entre situaciones: «si un hincha está cometiendo actos de violencia, lo que procede es que la fuerza pública lo detenga y lo ponga a disposición de la justicia. Eso es Estado de derecho».
Sin embargo, enfatizó que «algo muy distinto es que una persona, cualquiera sea la circunstancia, sea víctima de un linchamiento, eso es barbarie. Por lo tanto, tenemos que erradicar la barbarie del fútbol, en Chile, en Argentina y en todas partes».
Coordinación diplomática
Elizalde indicó que la visita está siendo coordinada por el Servicio Exterior y la Embajada de Chile en Argentina, «con el objeto de acompañar a quienes resultaron heridos y están hospitalizados, y conocer en detalle de la situación de los detenidos«.
El trabajo se realiza «en diálogo y colaboración con la autoridad argentina», precisó la autoridad.
Comitiva ministerial
El ministro será acompañado por el coronel Rodrigo Álvarez, del Departamento de Control y Orden Público, y por Fernando Cabezas, jefe de la Dirección de Comunidades en el Exterior.
Mensaje final
Elizalde transmitió tres mensajes centrales: que «el Estado de Chile siempre tiene que acompañar a donde sea a nuestros compatriotas», que «no podemos aceptar ninguna forma de violencia» ni menos de barbarie en el fútbol, y que «cualquiera sea la nacionalidad de las víctimas y cualquiera sea el club deportivo al que apoyan, siempre lo que corresponde es ser enérgico en la condena a toda forma de violencia».
Los incidentes ocurrieron la noche del miércoles durante el partido en el Estadio Libertadores de América, en Avellaneda, donde los barristas chilenos fueron linchados.