El gobierno de Donald Trump ha tomado una controvertida decisión contra la Universidad de Harvard, al revocar la certificación que le permite recibir estudiantes internacionales. La medida fue oficializada mediante una carta enviada por Christie Noem, secretaria de Seguridad Nacional, e implica que la institución no podrá matricular a alumnos extranjeros con efecto inmediato.
Una decisión sin precedentes que golpea la internacionalización académica
La medida afecta directamente a más de 6.800 estudiantes internacionales que actualmente cursan programas en Harvard, lo que representa cerca del 27% de su matrícula total. Esta población ha venido en crecimiento desde el año 2010, cuando los estudiantes extranjeros representaban un 19% del total.
Los más afectados serán alumnos de posgrado provenientes de más de 140 países, entre ellos Chile, China, Canadá, India, Corea del Sur y el Reino Unido, que constituyen los principales países de origen de estos estudiantes.
El impacto no solo será académico, sino también económico: la matrícula anual bordea los US$59.000, y con alojamiento y otros gastos puede alcanzar los US$87.000. Dado que los alumnos internacionales suelen pagar el costo completo, la medida supone también un golpe financiero significativo para la universidad.
Enfrentamiento legal: Harvard acusa persecución política
Esta revocación se produce en medio de una relación cada vez más tensa entre Harvard y la administración Trump. Según trascendió, la decisión se dio luego de una disputa por la legalidad de una solicitud de registro ligada a una investigación del Departamento de Seguridad Nacional.
La administración Trump ha acusado públicamente a Harvard de tolerar el antisemitismo, reprimir discursos divergentes y aplicar políticas inclusivas que, según el Ejecutivo, distorsionan el mérito académico. Por su parte, Harvard ya había presentado una demanda en abril por intentos del gobierno de intervenir en sus políticas de admisión, currículo y contratación docente.
Con esta nueva acción, se anticipa una nueva batalla judicial entre la universidad y el gobierno federal, que podría escalar hasta los tribunales superiores. Desde la universidad calificaron la medida como “ilegal, punitiva y carente de fundamento jurídico”, y aseguraron que tomarán acciones inmediatas para revertir la decisión.
Implicancias globales: tensión en el sistema educativo de EE.UU.
La revocación de esta certificación podría generar un efecto dominó en otras instituciones de educación superior que cuentan con altas tasas de estudiantes internacionales, y poner en duda la continuidad de miles de proyectos académicos internacionales en Estados Unidos.
Además, este nuevo conflicto se produce en un contexto político complejo, con Donald Trump buscando fortalecer su agenda nacionalista en plena carrera electoral, y donde la educación, inmigración y la identidad cultural vuelven a colocarse en el centro del debate público.