El subsecretario del Interior, Luis Cordero, abordó la reciente promulgación de la nueva Ley Antiterrorista, destacando que moderniza la legislación chilena y facilita la persecución de delitos graves.
Una normativa clave en la lucha contra el terrorismo
En conversación con Radio Infinita, el subsecretario del Interior explicó que la nueva Ley Antiterrorista representa un cambio significativo en el sistema judicial chileno, ya que resuelve problemas que dificultaban las condenas en casos de actos terroristas.
“El sistema de enjuiciamiento criminal estaba utilizando mecanismos sucedáneos para lograr condenas”, afirmó Cordero, subrayando que la anterior legislación tenía deficiencias que permitían que muchos delitos no fueran perseguidos bajo la figura del terrorismo.
Además, destacó que la ley actualiza la normativa chilena en línea con los estándares internacionales, comparándola con las legislaciones vigentes en Europa y Estados Unidos.
Eliminación del «ánimo terrorista»: Un cambio clave
Uno de los principales avances de la nueva normativa es que ya no será necesario demostrar el «ánimo» del acusado para calificar un acto como terrorista.
“El ánimo suponía la prueba en un elemento subjetivo, y por lo tanto, el estándar de prueba era muy alto”, explicó Cordero. Según el subsecretario, esto generaba que los fiscales optaran por utilizar la Ley de Seguridad del Estado en lugar de la Ley Antiterrorista, ya que probar la intención terrorista era extremadamente complejo.
Con la actualización de la normativa, las definiciones son más objetivas, lo que permitirá una aplicación más eficiente y sin la necesidad de que el Ministerio del Interior se querelle en cada caso.
¿Cuándo un acto es considerado terrorista?
Cordero explicó que, bajo la nueva ley, se consideran actos terroristas aquellos que implican el uso de explosivos o ataques contra la vida de autoridades.
“Primero, aquellos vinculados a la generación de bombas o explosivos (…) y, en segundo lugar, los atentados contra la vida de autoridades”, detalló.
Este cambio busca agilizar la persecución penal de delitos graves, asegurando que aquellos que atenten contra la seguridad del Estado sean sancionados con penas más severas.
El impacto en el crimen organizado
El subsecretario también fue consultado sobre las posibles implicancias de la nueva ley en la lucha contra el crimen organizado.
Según Cordero, si una organización criminal decide enfrentar al Estado de manera permanente y su propósito es afectar la sociedad civil o desmoralizarla, podría ser calificada como terrorista bajo la nueva legislación.
No obstante, aclaró que actualmente Chile no cuenta con organizaciones criminales de ese tipo, y expresó su esperanza de que el país no llegue a enfrentar este nivel de violencia.
Un cambio estratégico en la persecución penal
Con la promulgación de la nueva Ley Antiterrorista, el Gobierno busca fortalecer la seguridad y dotar al sistema judicial de herramientas más eficaces para enfrentar amenazas extremas.
El fin de la exigencia de demostrar el «ánimo terrorista» y la clarificación de los delitos considerados como terrorismo marcan un antes y un después en la legislación chilena.
Ahora, queda por ver cómo será aplicada en la práctica y qué impacto tendrá en la persecución de delitos de alta connotación pública en el país.