En medio de un contexto de alta tensión regional, el presidente de Irán, Massoud Pezeshkian, reiteró que su país no tiene intención de fabricar armas nucleares. Sin embargo, dejó claro que Teherán seguirá defendiendo con firmeza su derecho a desarrollar un programa nuclear civil, pese a los recientes ataques israelíes y la creciente presión internacional.

Las declaraciones se producen justo después de la entrada en vigor de un alto el fuego con Israel, en un momento donde las negociaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos vuelven a la mesa, aunque marcadas por profundas diferencias.
Irán insiste en su postura pacífica pero firme
Durante una conversación telefónica con el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, Mohammed bin Zayed, el mandatario iraní dejó en claro su posición ante los recientes acontecimientos. Según la agencia oficial IRNA, Pezeshkian aseguró que la República Islámica «solo busca hacer valer sus derechos legítimos».
En ese contexto, remarcó: “Irán nunca ha buscado adquirir armas nucleares y no las busca”, y agregó que su gobierno está “dispuesto a resolver las diferencias (…) en la mesa de negociaciones”, reafirmando su apertura al diálogo diplomático.
Israel lanza ataques tras acusaciones contra Irán
El pasado 13 de junio, Israel desató una ofensiva militar contra Irán, bajo el argumento de que Teherán pretende obtener armamento nuclear. Las fuerzas israelíes han bombardeado centenares de instalaciones militares y nucleares, causando la muerte de destacados oficiales y científicos nucleares iraníes.
Como respuesta, Irán intensificó los ataques con misiles y drones, apuntando directamente a territorio israelí. Esta escalada marcó un nuevo pico de tensión en un conflicto que se arrastra desde hace años.
Estados Unidos interviene y las negociaciones se reactivan
El domingo, Estados Unidos, firme aliado de Israel, lanzó ataques sin precedentes contra instalaciones nucleares iraníes, agudizando aún más el conflicto. Esta acción tuvo lugar apenas dos días antes de que comenzara una nueva ronda de conversaciones entre Teherán y Washington para abordar el futuro del programa nuclear iraní.
A pesar del retorno a la mesa de negociaciones, las posturas continúan alejadas. Mientras Irán considera el enriquecimiento de uranio un derecho «no negociable», para Estados Unidos esta actividad representa una «línea roja», lo que mantiene estancado el avance diplomático.