La joven de 22 años, Dahely Escobar Claure, sigue sin ver avances en la investigación sobre el accidente que la dejó parapléjica después de asistir a un partido de fútbol en el Estadio Zorros del Desierto en Calama. A pesar de que se esperaba que las autoridades municipales y la Fiscalía de Calama determinaran responsabilidades y sanciones, los resultados se han hecho esperar y Dahely aún no ha podido entregar su testimonio. Esta situación ha afectado considerablemente su calidad de vida, sumada a la falta de apoyo económico por parte del municipio.
Nadie se ha hecho responsable
La investigación está siendo llevada a cabo tanto por el municipio como por la Fiscalía de Calama. El informe que se espera recibir en julio por parte del municipio ayudará a determinar las sanciones correspondientes contra los funcionarios presuntamente involucrados. Por otro lado, la Fiscalía abrió un expediente de investigación tras la detección de irregularidades en la organización del evento. El alcalde Eliecer Chamorro Vargas ya ha declarado como testigo ante el Ministerio Público en el marco de estas diligencias. Sin embargo, a pesar de estar a ocho meses del accidente, Dahely aún no ha podido entregar su testimonio debido a trámites administrativos que han postergado indefinidamente el proceso.
«Fue como un atentado contra mi vida y todavía nadie se ha hecho responsable de este accidente. Mi rehabilitación ha sido súper lenta y, en el día a día, me ha afectado bastante» – Dahely Escobar
La joven denuncia la lentitud de la investigación, ya que no ha habido avances significativos en el caso ni se han identificado a los responsables. Dahely expresa su desconcierto ante esta situación y cuestiona por qué se ha alargado tanto sin obtener respuestas.
No hay vuelta atrás, no volveré a caminar
La situación de Dahely se complica aún más por la falta de recursos económicos. Su madre está desempleada y el municipio de Calama dejó de apoyarla una vez que terminó su terapia en Santiago. A pesar de que mensualmente debe viajar a la Región Metropolitana para hacerse los controles médicos, todos los gastos corren por cuenta de su madre y personas cercanas que les ayudan. La joven asume su realidad y confirma que su calidad de vida es precaria, ya que su condición de paraplejia es irreversible y deberá aprender a vivir así para siempre.
«Mi calidad de vida, claramente, se podría decir que es mala. Esta es mi condición, así voy a quedar para siempre, no hay vuelta atrás. No voy a volver a caminar y voy a tener que aprender así como me dejaron» – Dahely Escobar