En medio de la incertidumbre por la crisis que acusan estar viviendo las isapres y que las ha llevado a cortar convenios con clínicas y ha implicado que también los beneficiarios hayan visto un deterioro en la atención, hay una duda que se repite bastante a nivel de los usuarios: ¿Conviene quedarse en la isapre, o es una buena opción irse a Fonasa contratando un seguro complementario?
Sin ir más lejos, el director de Fonasa, Camilo Cid, comentó recientemente que han aumentado las consultas de personas que están en isapres y que evalúan la idea de traspasarse a Fonasa: “Las preguntas a través de nuestros canales de atención se han multiplicado. Hemos recibido más consultas en nuestras sucursales y por ejemplo, en el último mes, a través del centro de atención telefónica, recibimos cerca de 8 mil llamadas preguntando cómo se hace el cambio de una isapre a Fonasa. Mientras que en las redes sociales este tipo de dudas se ha quintuplicado”, dijo.
A algo similar apunta el cofundador de Queplan.cl, Matías Stäger: “Hemos recibido muchísimos usuarios, consultas y cotizaciones en el comparador de Queplan.cl. De hecho, en enero tuvimos un récord histórico, mes en el cual 100 mil personas nos visitaron (…) Algunos consideran cambiarse de isapre, pero también hoy hay una alta consideración, y lo que más nos ha aumentado en tráfico, es consultas sobre seguros de salud”.
Exautoridades del área de la salud no tienen una única visión respecto a qué conviene más, si quedarse en isapre o irse a Fonasa contratando un seguro de salud complementario. Todos advierten que va a depender del caso a caso de cada persona, pero también dan algunas ideas respecto del perfil de usuarios a los cuales les podría convenir en mayor o menor medida, y también dan tips para saber en qué fijarse a la hora de evaluar un traspaso de este tipo.
El exministro de Salud, Emilio Santelices, conoce de cerca el tema, pues asegura que él está Fonasa y tiene un seguro complementario. En ese sentido, dice que estar en la modalidad libre elección del Fondo Nacional de Salud, y contratar un seguro que cubra por sobre eso, “es una buena alternativa”. Pero detalla que, si conviene o no, “va a depender de qué tipo de plan tenga la persona en la isapre, y qué tipo de seguro complementario tome, si es cerrado o no es cerrado, si tiene cobertura amplia, si tiene que pagar un deducible, etcétera. Entonces, más bien es una decisión que pasa por el tipo de cobertura y por las condiciones propias del producto que les estén vendiendo, pero en términos generales, es una muy buena opción para las personas”.
No todos los seguros complementarios cubren sobre Fonasa. Y los que sí lo hacen, tampoco cubren de igual manera. Ese es, a juicio de los expertos, uno de los principales temas a mirar antes de tomar la decisión.
El exsuperintendente de Salud, Patricio Fernández, menciona que “lo relevante es que el seguro complementario que se contrate, permita la cobertura estando en Fonasa, porque hay muchas pólizas que solamente responden cuando las isapres cubren, y no tienen abiertas esa posibilidad a Fonasa”.
El exsuperintendente de Salud, Sebastián Pavlovic, cree que optar por un cambio de este tipo “es una decisión compleja. En general, hay poca oferta de seguros complementarios para los beneficiarios de Fonasa, y muchos de los que acceden a ellos, es a través de la existencia de seguros colectivos, que son de empresas. Por lo tanto, ahí no hay una oferta que libremente puedan elegir, sino más bien, están un poco a la suerte de que pertenezcan una empresa que tenga un buen seguro complementario”.
Sin embargo, eso parece empezar a cambiar. El cofundador de Queplan.cl revela que “hoy día, dados estos temas, se están creando muchos seguros de salud; hay seguros de salud que son específicos para Fonasa, que es algo bien nuevo. Y son productos que ya no están exigiendo que se cubra un porcentaje mínimo, sino que, con que (Fonasa) cubra un peso, ya aplica la cobertura declarada en el seguro, lo que es algo muy bueno y simplifica bastante estos seguros”. En todo caso, Stäger agrega que “siempre hay que tener mucho cuidado, y (a quién le conviene o no) va a depender de cada persona que evalúa esos seguros”.
En algunos casos, la isapre puede cubrir más que la suma de Fonasa y un seguro, pero no necesariamente siempre es así. Y eso, va a depender del plan que tenga cada uno, y del tipo de seguro al cual pueda acceder.
Santelices considera que uno de los elementos principales a mirar es que “Fonasa en hospitalizados solo cubre más o menos el 10% de la hospitalización, y existen algunas compañías donde el seguro complementario no cubre al 100% de la cuenta, sino que solo al 50%. Es decir, si tú tienes Fonasa y tienes un seguro de estas características, y tienes una cuenta porque operaron a un familiar de apendicitis por $3 millones, por ser Fonasa el seguro te va a decir, ‘yo lo voy a cubrir hasta $1,5 millones no más’. Por lo tanto, vas a tener que sacara de tu bolsillo más dinero del que sacarías si estuvieras en una isapre”.
Pero eso no siempre es así. Santelices menciona que hoy existen algunas compañías que ofrecen seguros “donde ya están dando una cobertura al paciente que es similar si en el primer piso tiene Fonasa o isapre, es decir, a ambos los están cubriendo al 100% después de isapre o Fonasa. Eso ya depende un poco de la persona, de lo que busque en el producto y de lo que está disponible en el mercado”.
Entonces, el exministro de Salud concluye que, “primero, es una buena alternativa. Segundo, hay que ser cuidadoso en cuál es la característica del seguro que se está contratando, ver cuál es el deducible, cuáles son los centros de atención a los cuales se asocia ese producto, y también, cuál es la cobertura que se aplica después de estar en Fonasa, es decir, si se le cubre al 100% la cuenta, o al 50%”.
Por su parte, Pavlovic también advierte que “tampoco son ofertas equivalentes a la situación que hoy día tienen las personas en isapre, que ya tienen un seguro que tiene unas ciertas reglas, que aunque esté mal regulado tienen algunas reglas distintas y una Superintendencia que se dedica a resolver los conflictos entre las personas y su seguro. No es así con los seguros complementarios, donde no hay competencias de la Superintendencia de Salud, y en la Comisión para el Mercado Financiero (que fiscaliza a las aseguradoras) no es un tema que le tengan particular atención. Entonces, en realidad, no son alternativas, a mi juicio, realmente equivalentes”.
Hay dos tipos de personas que podrían tener más dificultad a la hora de evaluar un cambio de este tipo. Alguien que actualmente tenga un plan de isapre y que tenga preexistencias, si decide traspasarse a Fonasa, probablemente tendrá dificultad para poder contratar un seguro complementario que le pueda cubrir en el sistema público. Y en caso de conseguirlo, si luego de un tiempo decide que quiere regresar a una isapre, tendrá limitantes. Algo similar ocurre para aquellas personas que ya son mayores de edad.
Pavlovic explica que “obviamente que las personas, en la media que se sean sanas y jóvenes, tiene mucha más libertad para elegir y ver las alternativas disponibles. Generalmente las personas que tienen preexistencias tienen muy pocas posibilidades de elegir, y la mayoría de las veces no son aceptadas por los seguros complementarios”.
Fernández dice que “hay que distinguir la situación y etapa de la vida en la cual se encuentra cada persona, y también la situación de salud de cada uno. Hay que considerar que las isapres aún mantienen preexistencias como una barrera de ingreso al sistema, por lo tanto, si se trata de personas que hoy día tienen alguna enfermedad de base, se pueden ver expuestas a que la isapre no les acepte la incorporación, o bien les establezcan un periodo de carencia que sería de 18 meses para hacer uso de las prestaciones relacionadas con esa preexistencia. La cobertura, en esos casos de carencia, no es de cero, es el mínimo que establece la ley, hasta el 25% del monto establecido por el arancel Fonasa para la prestación de que se trate”.
Por su parte, Stäger da algunas recomendaciones generales: “Yo no la recomendaría a alguien, si tiene preexistencias o más de 60 años, salirse de la isapre e irse a Fonasa. ¿Por qué? Porque es una decisión de un camino, le va a costar volver. Además, todavía hay incertidumbre, y no conocemos muy bien en qué va a terminar todo esto. Ahora, si es que no tiene una preexistencia, o no tiene más de 60 años, hay que evaluar muy a conciencia si conviene o no”.
En tanto, Santelices también dice que una persona que tiene preexistencias va a tener dificultad para conseguir un seguro. “De ahí la propuesta que yo planteo, y la reitero, de mejorar las condiciones para los usuarios Fonasa en hospitalización a través de lo que yo llamo seguro catastrófico Fonasa, que es muy potente, porque esa persona va a poder tener, sin un castigo por sus preexistencias, la suficiente cobertura para atenderse en cualquier lugar desde Fonasa, porque esa cobertura le va a permitir solventar el gasto adicional al 60% de hospitalización”.
A la hora de tomar una decisión de este tipo, también “es relevante conocer el presupuesto de los grupos familiares”, cree el exsuperintendente de Salud, Patricio Fernández. Tanto a la isapre como Fonasa siempre el empleador va a destinar un 7% de su salario para la cotización de salud. Pero en el caso de quienes están en isapres, también hay quienes voluntariamente han decidido aportar un monto adicional.
Stäger cree que una de las razones por las cuales a alguien le podría convenir traspasarse de isapre a Fonasa, es en el caso de “una persona que esté pagando mucho más allá de su 7% (de cotización que se destina a salud). Por ejemplo, si una persona está pagando adicionalmente $50 mil, $100 mil, o $150 mil, eso perfectamente se puede usar para contratar un seguro de salud, ya que probablemente va a hacer mejor uso de su dinero”.
En paralelo, Fernández puntualiza que “los planes de isapre son bastante caros, tienen un promedio en general que supera el 7% de cotización, por lo tanto, eso también puede ser una definición no menor. Sin embargo, hay que tener en consideración que la situación va a cambiar respecto a aquella familia que, por ejemplo, quieran tener hijos, porque ese hijo recién va a pagar a contar de los dos años de edad su incorporación a la isapre. Y antes de eso no se paga, por lo tanto, puede ser un factor a evaluar”.
Fernández cree que las personas que pagan en isapre el 7% o menos por su plan de salud, no necesariamente les va a convenir cambiarse a Fonasa, porque asegura que el plan de beneficios en una isapre es mejor que en Fonasa si es que tiene una clínica preferente que no quiere perder, y que no tiene convenio con Fonasa, por ejemplo, o si tiene un buen plan libre elección.
Detalla que “esas posibilidades no están en Fonasa, y si hacen uso de la modalidad libre elección, en Fonasa son más altos los copagos. También puede ser una decisión económica, si es que la persona no tiene problemas de salud graves. si los niños no tienen ningun problema de salud, y se va a Fonasa, paga menos, porque no tiene que pagar adicional por el factor asociado a la edad de cada niño cuando sean mayores de dos años”.
Quienes pertenecen a los tramos B, C y D de Fonasa, aportan su 7% del salario y pueden comprar bonos para atenderse en la modalidad de libre elección en prestadores en convenio con Fonasa, donde hay varias clínicas y laboratorios de alto nivel. En este caso, el valor de bono depende del médico o centro médico donde se atienda cada persona.
Santelices recuerda que el seguro tiene dos componentes, la cobertura ambulatoria y la cobertura hospitalaria. Ahí explica que, básicamente, en hospitalizaciones Fonasa cubre poco en las clínicas, pero con un seguro se puede complementar bien; mientras que en el ámbito ambulatorio la cobertura de Fonasa es buena. “En la parte ambulatoria, la cobertura de Fonasa para la mayor fuente de gasto, que son imágenes y laboratorio clínico, la mayor parte de los laboratorios y los buenos laboratorios entregan atención con el bono Fonasa. Cubre al 60%, pero como el gasto total del laboratorio no es tan grande, el gasto de bolsillo pasa a ser menor”, dice Santelices.
Agrega que, “para el tema hospitalizados, nuevamente, lo importante es reconocer si el seguro complementario al que estás optando te da una cobertura que te cubra más allá del 50%”.
Por su lado, Stäger dice que uno de los temas a mirar para ver si irse a Fonasa con un seguro de salud, es ver “si es que la clínica que a mí me interesa, o los prestadores que a mí me interesan, están en convenio con Fonasa, porque si es así, Fonasa me va a cubrir, y en lo que va a quedar por cubrir el seguro va a aplicar su cobertura, lo cual va a funcionar bastante bien. Hoy día no recomiendo (el cambio a Fonasa) si es que mi prestador, o donde me interesa atenderme, es una clínica o doctor que no está en convenio con Fonasa, porque sencillamente el seguro no va a funcionar, y no va a cubrir en esos casos”.
Fernández menciona que “otra situación relevante es que, respecto a las personas que están en isapre y estén evaluando la posibilidad de moverse a Fonasa, tienen que saber que si están en algún tratamiento GES en curso, ese tratamiento se puede ver interrumpido, o bien, que la prescripción de medicamentos y tratamientos no necesariamente sea igual en el sistema público que en el privado”.
Al respecto, explica que “las isapres tienen una canasta de medicamentos que muchas veces que es distinta a la canasta de Fonasa. Además, la persona, si se va al sistema público, va a tener que reingresar, porque sus exámenes, su diagnóstico, etcétera, no le sirven en el sistema público, va a tener que hacer ese reingreso y eso se puede demorar varios meses hasta que lo vea un especialista y le hagan los exámenes. Eso puede ser una limitante”.
El superintendente Fernández también señala que las redes de prestadores que ofrecen las isapres en la capital versus en el resto de las regiones, puede diferir bastante, y ahí Fonasa podría tener ventaja en regiones en comparación a lo que ocurre en la Región Metropolitana.
“La situación también es distinta en regiones, donde hay menos oferta privada, y las personas perfectamente se podrían mover a Fonasa, y si necesitan alguna consulta de especialidad, ahí pueden hacer uso de la modalidad libre elección, porque tampoco es que hayan muchas clínicas en muchos lugares, por tanto, yo también haría la distinción si una persona es de Santiago o es de regiones”, puntualiza.