El ministro subrogante del Interior, Luis Cordero, se refirió al preocupante panorama de seguridad con el que Chile cerró el 2024, marcado por un alto número de homicidios, especialmente durante el último fin de semana del año en la Región Metropolitana.
En conversación con ADN Radio, Cordero destacó los esfuerzos del Ejecutivo en materia de seguridad, enfatizando que “el año 2024 puede ser recordado como un año donde se abordó el tema con visión de Estado”, gracias a una expansión legislativa sin precedentes.
El fenómeno de los homicidios y su análisis
El ministro subrogante detalló que el índice de homicidios en el país ha mostrado un aumento sostenido, explicando que estos crímenes se pueden clasificar en tres grandes categorías:
- Riñas y conflictos interpersonales.
- Reacciones circunstanciales que escalan en violencia.
- Delitos vinculados a bandas criminales y el crimen organizado.
Cordero subrayó que todas estas categorías tienen un punto en común: el uso de armas de fuego. Según él, estas armas son “el resultado de mercados ilícitos” que deben ser combatidos desde un enfoque integral y con políticas de Estado.
Respuesta a las críticas: “Discutamos con datos, no percepciones”
Frente a las declaraciones de sectores que acusan al Gobierno del Presidente Gabriel Boric de liderar una de las administraciones “más sangrientas” de las últimas décadas, Cordero fue tajante al señalar que tales afirmaciones son infundadas.
“Si vamos a discutir técnicamente, discutamos con datos. Esa declaración se basa en antecedentes falsos sobre homicidios en relación con la administración del Presidente Piñera”, afirmó.
El ministro subrayó que el Ejecutivo y el Congreso han alcanzado grandes acuerdos en seguridad, orientados a construir un marco institucional sólido para enfrentar la criminalidad y brindar mayor tranquilidad a la ciudadanía.
Desafíos para el 2025
Cordero también delineó los principales objetivos para el nuevo año:
- Despolitizar la seguridad mediante la creación del Ministerio de Seguridad.
- Establecer indicadores de desempeño claros y focalizados, que permitan medir avances de manera precisa.
“El desafío no es solo detener la tendencia al alza de los últimos años, sino comenzar a reducir directamente los índices de homicidios y violencia”, concluyó.