Las pirámides de Egipto, y en particular la Gran Pirámide de Guiza, han sido durante siglos un símbolo indiscutible del esplendor del Antiguo Egipto. Sin embargo, recientes investigaciones y descubrimientos sugieren que estas estructuras milenarias podrían tener un propósito mucho más complejo que el que históricamente se ha creído.
Sorprendentes estructuras subterráneas bajo la meseta de Guiza
Uno de los hallazgos más impactantes fue revelado por Corrado Malanga, investigador de la Universidad de Pisa, quien, utilizando el software Biondi —capaz de transformar señales de radar en vibraciones similares al sonido— descubrió cinco enormes estructuras cilíndricas verticales ubicadas a 648 metros de profundidad bajo la meseta de Guiza.
Estas estructuras, de cinco niveles y techos inclinados, están conectadas por ocho pozos huecos en espiral que descienden casi 650 metros, enlazando con dos grandes estructuras cúbicas de 80 metros de ancho. Toda esta red subterránea se extiende por 2 kilómetros y se encuentra bajo las tres pirámides principales. Según Malanga, estas formaciones «no son naturales», lo que plantea nuevas preguntas sobre la ingeniería y el propósito real de las pirámides.
Las pirámides: mucho más que tumbas para la élite
Durante años, se creyó que las pirámides eran tumbas exclusivas para los faraones y miembros de la élite, pero los recientes estudios arqueológicos sugieren una historia diferente. Investigaciones publicadas en el Journal of Anthropological Archaeology revelaron que en estas estructuras también habrían sido enterradas personas de diferentes estratos sociales, incluidos trabajadores y personas de bajo estatus.
El análisis de restos óseos indicó que:
- Tumbas tipo cámara albergaban personas con niveles moderados de actividad física, posiblemente parte de la élite o funcionarios de alto rango.
- Tumbas nubias (flexionadas) contenían mujeres locales que realizaban actividades de menor exigencia física.
- En tumbas asociadas a la élite, se hallaron cuerpos que mostraban signos de trabajos físicos intensos, evidenciando que también fueron enterrados trabajadores y sirvientes.
Esta evidencia llevó a los expertos a plantear que la élite egipcia podría haber creído que sus trabajadores continuarían sirviéndoles en la otra vida, por lo que eran sepultados junto a ellos.
Un hallazgo que desafía la historia
La combinación de estos descubrimientos —estructuras subterráneas masivas y restos humanos de diversos orígenes sociales— apunta a que las pirámides de Egipto no solo eran monumentos funerarios, sino que también formaban parte de una red compleja con fines aún desconocidos, que podría cambiar la interpretación histórica sobre la cultura y creencias del Antiguo Egipto.