Lo que debía ser un rato agradable entre tres amigos, terminó con uno de ellos muertos tras haberse desangrado, luego de una riña entre los involucrados, durante la mañana del sábado 15 de junio en Llolleo Alto, región de Valparaíso.
Amigo testigo
De acuerdo a lo que informa el Líder de San Antonio, el mismo sábado en la mañana, mientras los policías hacían las diligencias respectivas en el sitio del suceso, un hombre ingresaba al consultorio de Llolleo con varias heridas cortopunzantes a su haber y asegurando haber presenciado lo ocurrido en la mañana que terminó con la vida de Meléndez.
Cámaras de seguridad
De acuerdo a lo expuesto por el fiscal, apoyado por cámaras de seguridad que pudieron registrar los hechos, todo ocurrió a eso de las 7:30 de la mañana, se encontraban los amigos, cuyo vínculo se remonta a la infancia, al criarse en el mismo sector. Los problemas empezaron cuando la víctima fatal, luego de vender un televisor, empezó a jactarse del dinero que tenía por la venta, lo que generó molestia en «El Pimpón», que bajo los efectos del alcohol empezó una pelea a combos.
Legítima defensa
Tras los alegatos exhibidos por el Ministerio Público, el juez Daniel Zúñiga acogió, aunque de manera parcial, la tesis de la legítima defensa. En todo caso, concedió prisión preventiva, aunque con la posibilidad de obtener la libertad mientras dure la investigación, previo una fianza de 1,5 millones de pesos.
«Dentro de la propia exposición que realizó el Ministerio Público, se pudo dar cuenta de declaraciones importantes, tales como un testigo presencial del hecho, amigo de la víctima y así mismo amigo de mi representado. Él cuenta una dinámica distinta a la expuesta por el Ministerio Público, donde (…) faltan elementos trascendentales para esta defensa, para cuestionar el hecho como una legítima defensa, bien sea propia o de terceros», dijo Diana Venegas, la defensa de «El Kalule».
Por otro lado, el fiscal Méndez apuntó a que «desde el punto de vista de la fiscalía estamos en contra de la teoría de la defensa, toda vez que entendemos que faltan antecedentes para justificar una legítima defensa. En primer término, porque, tal como vimos en los videos, en las cámaras de seguridad, no hay una agresión ilegítima por parte de la víctima. Al contrario, hay movimientos defensivos en todo momento. Tampoco se encontró un cuchillo, del que da cuenta el testigo».