Las fuerzas militares tienen una larga historia de uso de drogas para convertir temporalmente a sus tropas en máquinas de matar de élite.
Está documentado que los nazis tomaron metanfetamina (Pervitin) durante la Segunda Guerra Mundial para mantenerse alerta y despiertos por períodos de tiempo sobrehumanos.
Un estudio del historiador Nicolas Rasmussen concluyó que solo durante los tres meses que duró el Blitzkrieg, el ataque relámpago y sin descanso de los bombarderos alemanes sobre el Reino Unido entre abril y junio de 1940, se enviaron 35 millones de tabletas de Pervitin al frente.
Los efectos de estas drogas eran tremendos: los militares podían estar más de una semana combatiendo y marchando sin dormir.
Hoy, los avances en la manipulación del ADN, el aumento biónico y la robótica avanzada dan cuenta que para el 2050 las potencias podrían “fabricar” humanos con características especiales para combatir.
Los supersoldados del futuro podrían ser personas más rápidas, más fuertes y con reflejos más rápidos, que no sientan dolor y se recuperen de las lesiones más velozmente.
Michael Clarke, profesor invitado de estudios de guerra en el King’s College de Londres, advirtió que los países podrían estar usando el ADN como lo haría un granjero con su ganado.
“Hemos llegado al punto en el que potencialmente podríamos manipular el ADN de las personas para generar fuerza, resistencia y otras cosas adicionales, tal como lo hacemos con los animales”, señaló.
El profesor Clarke cree que esto está alimentando una carrera armamentística biológica, y que las potencias temen a lo que China pueda producir en el futuro cercano.
“Los chinos dentro de 30 años podrían tener una cohorte de personas de 20 años con características particulares que podrían haber tratado de reproducir mediante la manipulación del ADN”, advirtió.
En 2019, el Pentágono publicó documentos previamente clasificados que revelaban que los soldados cyborg podrían ser una realidad para el año 2050.
Según el informe, los esfuerzos “ofrecerían el potencial de mejorar gradualmente el rendimiento más allá de la línea de base humana normal”.
Los cerebros de los soldados podrían conectarse a computadoras para mejorar su poder de procesamiento y permitirles controlar vehículos no tripulados.
Otros avances han visto soldados equipados con exoesqueletos para mejorar la fuerza y la velocidad, y microchips inyectados en la piel para controlar su ritmo cardíaco y su rendimiento en el campo de batalla.
El presidente ruso Vladimir Putin también ha hablado abiertamente sobre las posibles consecuencias de la edición de genes, describiéndola como potencialmente “peor que una bomba nuclear”.
“Un hombre tiene la oportunidad de ingresar al código genético creado por la naturaleza o, como dirían las personas religiosas, por Dios”, dijo Putin.
“Él puede ser un genio matemático, un músico brillante o un soldado, un hombre que puede luchar sin miedo, compasión, arrepentimiento o dolor”.
“Como comprenderán, la humanidad puede entrar, y lo más probable es que lo haga en un futuro cercano, en un período muy difícil y muy frágil de su existencia. Lo que acabo de describir podría ser peor que una bomba nuclear”, señaló el presidente ruso.
Además, podrían permitir el seguimiento de la ubicación o la conectividad con los sistemas de armas.
Entre las investigaciones francesas se encontraban medicamentos para mantener despiertas a las tropas durante largos períodos de tiempo y combatir el estrés, e incluso cirugía para mejorar la audición.
Hasta hoy la existencia de supersoldados había sido posible solo en el ámbito de la ciencia ficción, donde también se les conoce como cyborgs, pero dados los avances tecnológicos actuales, podría ser posible alterar el ADN de los soldados para aumentar sus habilidades.
Las superpotencias ya están creando la próxima generación de soldados que podrían ser “criados como ganado” para matar.
Francia fue uno de los primeros en revelar que estaba desarrollando “soldados aumentados” y los expertos afirman que China también ha realizado pruebas en soldados para crear tropas mejoradas biológicamente.
Hoy, personajes de la ficción como Iron Man, Capitán América, Robocop, Terminator, Jax o Deathstroke, podrían ser posibles en un futuro cercano dadas las condiciones para la edición del genoma humano, lo que podría hacer que los soldados sean más fuertes, más rápidos e incluso más inteligentes que sus oponentes en el campo de batalla.
También, la creación de soldados “biónicos” plantearía nuevos postulados éticos, como la capacidad de un supersoldado para manejar el uso de la fuerza, afectar su sentido de humanidad o impedir que regrese a la vida civil.