En los últimos meses, el precio del café ha registrado un alza sostenida en Chile, afectando directamente al comercio minorista y a los hogares que consumen regularmente este producto. Factores climáticos extremos y un fuerte aumento en la demanda internacional estarían detrás de este encarecimiento que, según expertos, no tiene visos de frenarse en el corto plazo.
Impacto climático: cultivos golpeados en los principales países productores
Una de las principales razones que explica esta tendencia alcista es la reducción de la oferta global de café, provocada por fenómenos meteorológicos extremos en los países que lideran su producción mundial.
Brasil, Vietnam, Indonesia y Colombia —responsables de gran parte del suministro global— han experimentado sequías intensas y lluvias torrenciales, eventos que han afectado directamente la floración, maduración y cosecha de los granos. Esta combinación de factores ha reducido el rendimiento agrícola, dejando al mercado con menos volumen para exportar y mayores precios en origen.
“El café ha tenido un incremento sustancial en el precio, producto de situaciones climáticas que han afectado grandes plantaciones, especialmente en Brasil”, explicó el economista Nicolás Stark. Esto ha generado una presión alcista sobre los precios internacionales, que se traslada al consumidor final.
Demanda internacional al alza: nuevos mercados presionan la oferta
Otro elemento clave que empuja los precios al alza es el crecimiento sostenido en la demanda global, especialmente en países emergentes donde el consumo de café ha aumentado considerablemente.
La expansión de mercados como el sudeste asiático, Europa del Este y algunas regiones de África ha llevado a una competencia más fuerte por el grano, lo que ha desbalanceado la oferta y la demanda. En este escenario, los países importadores, como Chile, terminan pagando más por tonelada de café, encareciendo el producto en supermercados y cafeterías.
Cambios en los hábitos del consumidor: mayor exigencia, mayor inversión
Además de los factores externos, los expertos destacan que los consumidores son cada vez más exigentes en cuanto a la calidad del café. Este fenómeno ha empujado a los productores a realizar inversiones adicionales en procesos de selección, certificación y sostenibilidad, todo lo cual repercute en el precio final del producto.
Esto ha generado una tendencia donde el café de especialidad y origen certificado cuesta más, lo que se suma a la presión inflacionaria en el rubro alimentario. “La mejora de estándares ha hecho que el café más demandado tenga un costo de producción más elevado”, explicó otro analista del sector.
¿Qué se puede esperar en los próximos meses?
Si bien no hay señales inmediatas de estabilización, los precios podrían seguir fluctuando dependiendo de las condiciones climáticas en los países productores durante la segunda mitad del año.
En tanto, los comerciantes en Chile han comenzado a ajustar sus precios o reducir los formatos de venta, una estrategia que busca mantener competitividad, pero que en la práctica significa menos café por el mismo precio.
La situación invita a consumidores y empresas a buscar alternativas, comparar precios y considerar opciones más económicas, sin perder de vista que el café, más que una bebida, es hoy un producto sujeto a las dinámicas del mercado global.