Vecinos del sector de Avellaneda, en Buenos Aires, reportaron un inusual cambio en el color del agua, lo que ha levantado sospechas de contaminación industrial.
Inquietud y alarma han generado en Argentina las imágenes del arroyo Sarandí teñido de un rojo intenso, fenómeno que fue advertido por los vecinos del barrio Villa Inflamable, en la ciudad de Buenos Aires. Desde el jueves, la comunidad ha manifestado su preocupación por la posibilidad de que el cambio de tonalidad del agua sea consecuencia de un derrame de productos químicos en la zona.
¿Por qué el arroyo se tiñó de rojo?
Las causas exactas del fenómeno aún no han sido determinadas, pero se sospecha de contaminación con anilina, un colorante orgánico utilizado en la fabricación de tintes para cabello, productos químicos agrícolas y medicamentos.
Según reportó Infobae, los residentes señalaron que en la zona no hay una alta concentración de fábricas, pero sí depósitos y laboratorios químicos, lo que refuerza la hipótesis de un posible vertido industrial ilegal o accidental.
«No es raro que haya derrames en esta zona, ya sean químicos o de otros productos», relató una vecina al citado medio.
Por su parte, otra residente expresó su indignación en declaraciones a la agencia AFP: «No hace falta ser inspector para darse cuenta de la contaminación que está sufriendo este pobre arroyo. Parece un río de sangre».
Sospechas sobre una posible contaminación industrial
De acuerdo con La Nación, las principales sospechas apuntan a una fábrica textil que podría haber vertido desechos al arroyo. No se descarta que el evento haya sido un accidente o una descarga intencional de residuos químicos.
En respuesta, el Municipio de Avellaneda y el Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires tomaron muestras del agua para análisis. Según informaron las autoridades, «inicialmente no parece ser tóxico», aunque se han intensificado las fiscalizaciones en empresas del sector.
El arroyo Sarandí desemboca en el Río de La Plata, uno de los cuerpos de agua más importantes del país, lo que eleva la preocupación por las posibles consecuencias ambientales a largo plazo.
Los vecinos denuncian constantes episodios de contaminación
Si bien el color rojo del arroyo ha causado conmoción, los residentes aseguran que no es la primera vez que el agua cambia de color. En ocasiones anteriores, el cauce ha presentado tonalidades grises, verdes, violetas e incluso azuladas, lo que sugiere una contaminación recurrente.
«Hoy está rojo, pero ha estado gris, verde, violeta y marrón. Cuando el agua está podrida, se llena de grasa y aceites», denunció una vecina.
Otro de los problemas que afecta a la comunidad es la presencia de malos olores, los que han obligado a muchos a mantener puertas y ventanas cerradas.
A la espera de los resultados de los análisis, los habitantes del sector exigen acciones concretas para detener la contaminación y mejorar las condiciones de vida en la zona.