El clásico disputado este domingo entre Unión La Calera y San Luis de Quillota terminó en caos y violencia, dejando cuatro hinchas heridos, entre ellos un menor de edad, y provocando la suspensión del partido en el minuto 53 tras el lanzamiento de fuegos artificiales hacia la barra visitante. Como respuesta, el Gobierno anunció que presentará una querella contra los responsables de los desmanes ocurridos en el Estadio Nicolás Chahuán Nazar.
El incidente, ampliamente difundido en redes sociales y medios locales, generó una fuerte condena de las autoridades, quienes aseguraron que se tomarán medidas legales para evitar que hechos como estos se repitan.
Lanzamiento de fuego artificial provocó suspensión del partido
El Delegado Presidencial Provincial de Quillota, José Orrego, fue enfático al calificar de «inaceptable» lo ocurrido. Según detalló, un artefacto tipo tronador fue lanzado hacia la zona donde se encontraba la hinchada de San Luis, provocando lesiones en al menos cuatro personas.
“Una de las personas resultó con una lesión auditiva que obligó su traslado al Hospital de La Calera”, precisó Orrego.
Aunque se desplegaron guardias tácticos, barreras adicionales y un operativo policial especial previo al encuentro, aún se investiga si el elemento pirotécnico fue lanzado desde dentro o fuera del estadio. Carabineros está a cargo de recoger antecedentes que permitan esclarecer lo sucedido.
Comité de crisis y suspensión definitiva del encuentro
Tras los hechos, se convocó un comité de crisis integrado por autoridades del fútbol, Carabineros, el árbitro y representantes de ambos clubes. En dicha instancia se decidió suspender el partido definitivamente, ante la imposibilidad de garantizar condiciones de seguridad para los asistentes.
“Fue una decisión acertada, porque estos hechos de violencia no pueden tolerarse en un evento deportivo”, declaró el delegado presidencial.
El Gobierno se hará parte de una querella
Uno de los anuncios más relevantes realizados por la autoridad fue la presentación de una querella contra los responsables de los disturbios. El objetivo es que enfrenten sanciones ejemplares y sean excluidos de futuros eventos deportivos.
“Estas personas no colaboran con el desarrollo del fútbol; lo que hacen es limitar la posibilidad de que familias y fanáticos disfruten en paz”, remarcó Orrego.
Además, Carabineros escoltó a la hinchada visitante de regreso a sus hogares para evitar nuevos incidentes tras la suspensión del partido.
Este nuevo episodio de violencia en los estadios reabre el debate sobre la seguridad en el fútbol chileno y la necesidad de aplicar medidas más drásticas contra quienes promueven desórdenes y agresiones en un contexto que debería ser de convivencia y deporte.