El adiós definitivo al ícono del heavy metal
El pasado 22 de julio, el mundo del heavy metal despidió a uno de sus más grandes exponentes: Ozzy Osbourne. Con 76 años de edad, el artista falleció apenas dos semanas después de haber ofrecido su emotivo concierto de despedida en Birmingham, su ciudad natal.

La noticia fue confirmada por su familia mediante un comunicado en el que detallaron que Osbourne partió «rodeado de mucho cariño», en compañía de sus seres queridos. En ese momento, la causa oficial de su fallecimiento no fue revelada.
El certificado de defunción aclara la causa de muerte
Recientemente, The New York Times accedió al certificado de defunción del legendario músico, revelando que la causa fue un paro cardíaco, originado por un infarto agudo al miocardio.
El documento también señala que Osbourne padecía de enfermedad coronaria y Parkinson con disfunción autonómica, condiciones que habrían contribuido al desenlace fatal.
Una lucha conocida con el Parkinson
En el año 2020, ante la creciente preocupación por su salud, fue el mismo Ozzy Osbourne quien hizo público su diagnóstico de Parkinson. Reconoció que era una enfermedad «desafiante» tanto para él como para su familia.
Durante los últimos años, el artista se enfrentó a dificultades físicas, especialmente con su movilidad. A inicios de 2025, confesó que tenía serios problemas para caminar, aunque expresó su gratitud por seguir con vida y su emoción por reencontrarse con sus excompañeros de banda.
Su último concierto: una despedida conmovedora
El último show de Osbourne fue especialmente significativo. Interpretó sus clásicos sentado en un trono hecho a medida, una imagen que conmovió a sus seguidores alrededor del mundo.
Un legado eterno en la historia del rock
Ozzy Osbourne será recordado no solo por su carrera como solista, sino por ser la voz emblemática de Black Sabbath, la banda británica que desde fines de los años 60 dio forma al género del heavy metal. Su influencia permanece intacta entre generaciones de músicos y fanáticos.