Una frase muy popular que seguramente has escuchado, es que, «el dinero no crece en los árboles», pero, puede que esta sea una expresión del todo errónea.
El oro no crece en los árboles, pero sí puede encontrarse a través de una observación cuidadosa de las hojas, ramas y corteza de algunos de ellos.
Los eucaliptos o eucaliptas, Eucalyptus L’Hér., es un género de árboles de la familia de las mirtáceas, son originarios de Australia y se conocen alrededor de setecientas especies.
Las hojas de estos árboles son ovaladas en tonos verdes grisáceos y son especies vegetales que se utilizan para decorar, deforestar y con fines medicinales.
Sin embargo, estos majestuosos árboles guardan un secreto en sus hojas que ha sido altamente estudiado por los científicos. Lo que podrían parecer un follaje común que reviste a los eucaliptos, en realidad es un indicador sobre posibles depósitos de oro subterráneo.
Un grupo de científicos australianos, miembros de la Organización Científica e Industrial del Commonwealth (CSIRO, por sus siglas en inglés), descubrió uno de los secretos mejores guardados de la naturaleza en estos árboles. Los eucaliptos de la región de Kalgoorlie, en el estado de Australia Occidental, tienen la capacidad de drenar partículas de oro de la tierra, a través de su sistema de conducción (raíces, xilema y floema), depositándolas en sus hojas y ramas.
Al igual que bombas hidráulicas, los eucaliptos que tienen unas raíces que pueden extenderse decenas de metros por debajo del suelo para absorber el agua y, por ende, el oro que ahí se encuentra.
Como el oro es probablemente tóxico para las plantas, estas utilizan un mecanismo de defensa y trasladan las partículas del metal precioso, hacia sus hojas y ramas, desde las cuales el árbol puede expulsarlas y ser nuevamente derramadas al suelo.
Los científicos dijeron haber comprobado que la presencia de partículas de oro en el follaje del eucalipto indica la presencia de depósitos del preciado metal varios metros más abajo. El hallazgo fue publicado en la revista Nature Communications y de acuerdo con los investigadores ofrecería una nueva manera de localizar el codiciado elemento en lugares difíciles de alcanzar, según el equipo.
«Hemos encontrado una gran cantidad de depósitos fáciles en Australia y también en otros lugares del mundo», expresó Mel Lintern, geoquímico de la Mancomunidad de Investigación Científica e Industrial de Australia (CSIRO).
«Ahora estamos tratando de apuntar a la búsqueda de otros más difíciles, que están enterrados debajo de decenas de metros de sedimentos de ríos y dunas de arena. Y los árboles nos brindan un método para lograrlo».
Para poder examinar las hojas de eucalipto, se implementó el uso de sincrotrón australiano, una máquina que utiliza rayos X para desglosar la materia, confirmando así la presencia del valioso elemento químico en hojas, ramas y cortezas de los árboles.
«Hemos hecho un cálculo, y necesitaríamos 500 árboles que crecen sobre un yacimiento de oro para extraer de los árboles mismos suficiente oro como para hacer un anillo», dijo Lintern.
El plan de los científicos nunca ha sido extraer el metal de los árboles, pero sí utilizarlos como localizadores de yacimientos de oro a grandes profundidades.
«No solo creemos que es una manera de aprovechar mejor el dinero que se invierte en exploración, porque el análisis de estos depósitos puede ser bastante caro, sino que también reduce al mínimo el daño al medio ambiente, porque estamos tomando una muestra muy pequeña de los árboles mismos, así como hojas y las ramas recogidas del suelo», concluye el especialista.
Fuente: ensedeciencia