La empresa de valores Brinks presentó una querella por el millonario robo que afectó a la sucursal ubicada en Rancagua, región de O’Higgins, el pasado viernes 16 de agosto.
¿Cuánto dinero fue robado de la sucursal de Brinks de Rancagua?
En primera instancia, la Fiscalía había indicado que el grupo de entre 25 y 30 delincuentes lograron robar más de $12 mil millones, aunque precisaron que Brinks aún se encontraba trabajando en establecer el monto exacto.
Según consignó La Tercera, la compañía concluyó dichas labores y en la querella indica que se calculó un total de $11.465.818.468.
La acción judicial apunta a varios delitos
La acción judicial apunta a los delitos de robo con violencia o intimidación en las personas, apropiación de cosa mueble ajena sin la voluntad de su dueño, violencia o intimidación en las personas y asociación ilícita criminal. Además, para los extrabajadores de la sucursal que estuvieron involucrados en el atraco se agrega el delito de revelación de secretos comerciales.
“Los extrabajadores Ximena Fuentes Núñez (cajera) y Óscar Orellana Orellana (guardia) tuvieron participación directa en los hechos” afirma la empresa, detallando que “el concierto de los señores Fuentes y Orellana con la organización criminal se ve refrendado por una serie de antecedentes, entre los que destaca una fotografía captada en una reunión sostenida por la banda delictual el día miércoles 14 de agosto, dos días antes del atraco”.
Primer acto del robo a Brinks
La querella divide en tres actos el mega atraco. El primero se sitúa a eso de las 12:30 horas del viernes 16 de agosto, cuando Ximena Fuentes salió a fumar al exterior de las oficinas en compañía de otras dos operadoras y la supervisora de operaciones.
De acuerdo a la acción judicial, en ese momento “descendieron de manera violenta siete individuos a rostro cubierto, uno de ellos premunido de un fusil AK-47, quien intimidó a las trabajadoras que se encontraban en el frontis del lugar”.
“Cuatro de estos sujetos fueron posteriormente identificados como José Guzmán Cid, Francisco Gumera Contreras, Luis Cartagena Astorga y Matías Vargas Bueno, logrando establecer que este último, junto a dos sujetos aún desconocidos, fueron los encargados de intimidar y custodiar a las cuatro trabajadoras de Brinks“, añade.
Segundo acto de robo a Brinks
Sobre el segundo acto, la querella indica que “mientras se desarrollaban los hechos descritos anteriormente, otro grupo de ocho sujetos, identificados como Luis Candia Abrigo, Claudio Figueroa Padilla, Jaime Beltrán Campos, Patricio Alvarado Malpu, Pablo Herrera Urrutia, Juan Ramírez Cruz, Raúl Peñaloza Cáceres y Mauricio Carreño Muñoz, movilizados en tres automóviles (…), mediante la utilización de escalas procedieron a cortar los cercos eléctricos de seguridad ubicados en el muro perimetral de la empresa, ingresando a la sucursal de Brinks”.
“A raíz de lo anterior se dio inicio a una persecución policial, desde Avenida Río Loco hacia Camino La Estrella, en el sector de San Ramón, movilizados los imputados a bordo de los vehículos Hyundai de color blanco y Ford de color gris, realizando además un cambio de vehículo desde el Chevrolet Silverado color negro a un furgón Hyundai H1, color gris, comenzando un intercambio de disparos con personal policial”, añade.
Tercer acto de robo a Brinks
Finalmente, respecto al tercer acto, la acción judicial indica que “mientras los otros individuos ejecutaban las funciones encomendadas en el marco del plan criminal, un tercer grupo de sujetos, compuesto por los imputados Manuel Gómez Riquelme, Alexis Narbona Gómez, Eduardo Rivera Vielma, Esteban Espinoza Espina y otros sujetos aún no identificados, fue el encargado de dar cobertura a los ejecutores, efectuando disparos y maniobras distractivas”.
En la querella, Brinks solicita que se realicen una serie de diligencias referidas a los productos bancarios o deudas de los imputados, a la información que el Servicio de Impuestos Internos (SII) pueda tener sobre ellos y a los inmuebles que puedan tener a sus nombres.
Asimismo, sugieren que se despache una instrucción particular al Departamento de Extranjería y Policía Internacional de la PDI con el fin de conocer las posibles entradas y salidas del país de los sujetos.