Una inusual serie de movimientos telúricos ha sido percibida en Punta Arenas desde la madrugada de este miércoles, acumulando más de cinco temblores de mediana magnitud en pocas horas. El más reciente se registró pasadas las 10:30 con una magnitud de 3,7, mientras que el más fuerte hasta ahora ocurrió alrededor de las 04:15 horas, alcanzando 4,4 grados, lo que despertó a muchos habitantes de la zona austral.
Especialista descarta enjambre sísmico pero confirma seguidilla
El geofísico y experto en sismología, Cristian Farías, explicó que este comportamiento no puede clasificarse inmediatamente como un enjambre sísmico. Aunque los temblores presentan magnitudes similares, aclaró que «hay uno que sobresale con 4,4, y hay tres sismos interesantes previos, por lo que uno podría esperar réplicas. Sin embargo, no hay suficiente evidencia para considerar que se trata de un enjambre».
Farías señaló que estos eventos «son más bien aislados en su forma, aunque claramente forman una seguidilla sísmica«, descartando por el momento una actividad más compleja o coordinada como la que ocurre en los enjambres.
Condiciones geológicas particulares de Punta Arenas
Consultado sobre si estos sismos podrían ser precursores de un evento de mayor magnitud, el experto afirmó que «no se puede predecir con certeza», aunque agregó que la zona tiene fallas superficiales y no es una de las regiones con mayor acumulación de energía sísmica en el país. «No tengo argumentos para decir que estos eventos sean precursores», sostuvo.
También destacó que no es habitual que en esta parte del país se registren temblores frecuentes y fuertes. «Las placas tectónicas en esta región se comportan distinto que en el norte. No es tan común que tiemble tanto, por eso estos eventos llaman la atención», afirmó.
Historial sísmico de la región
Farías recordó que el último gran sismo registrado en Punta Arenas data de 1949, con una magnitud de 7,5 grados, que si bien no dejó la ciudad en ruinas, provocó daños significativos en varias construcciones.
Estos antecedentes permiten dimensionar la particularidad de los recientes movimientos, reforzando la necesidad de monitoreo constante pese a que, según los especialistas, no hay indicios de un sismo mayor en el corto plazo.