El director del Centro Sismológico Nacional, Sergio Barrientos, reafirmó la probabilidad de un terremoto de magnitud 8 o superior en Chile para 2026. Según sus estimaciones, basadas en la recurrencia histórica de eventos sísmicos, la posibilidad de un sismo de gran magnitud supera el 60%.
Alta probabilidad de un sismo importante
En una entrevista con Meganoticias, Barrientos explicó que su análisis considera la frecuencia con la que ocurren terremotos en Chile. «Si se examina la historia sísmica del país, se observa que los terremotos de magnitudes entre 7,8 y 8 son los que generan más daños», afirmó.
El especialista detalló que el intervalo máximo entre terremotos de esa magnitud en Chile es de aproximadamente 30 años. «Basándonos en la estadística, podemos estimar que la probabilidad de un sismo de magnitud 7,8 es un poco mayor al 60%, mientras que uno de 8,0 ronda el 60%», señaló.
Regiones con mayor riesgo sísmico
A pesar de la alta probabilidad de un terremoto, el experto aclaró que no es posible predecir con certeza cuándo ni dónde ocurrirá. Sin embargo, identificó zonas que han acumulado energía sísmica durante más de un siglo, lo que aumenta el riesgo de un sismo de gran magnitud.
Uno de los sectores en observación es el norte de Chile, en la franja que va desde el sur de Perú (Ilo) hasta Pisagua, en la región de Tarapacá. «El último gran terremoto en esta zona ocurrió en 1877, lo que sugiere una acumulación importante de tensión tectónica», advirtió Barrientos.
Otra área de preocupación se ubica al sur de Punta Patache, cerca del aeropuerto Diego Aracena en Iquique, hasta Tocopilla. «En esta región no ha habido un gran terremoto desde 1877, lo que la convierte en un punto de interés para la sismología», explicó.
Asimismo, la región de Atacama también podría verse afectada, ya que el último gran sismo en esa zona ocurrió en 1922. «Son más de 100 años sin un terremoto significativo», agregó el especialista.
Relación entre magnitud y frecuencia sísmica
Barrientos también explicó que la frecuencia de los terremotos está directamente relacionada con su magnitud. «Los sismos de mayor intensidad, como el de 2010 en Chile, tienen ciclos de recurrencia mucho más largos», comentó.
Por ejemplo, el terremoto de 2010 desplazó la Placa de Nazca bajo la Placa Sudamericana aproximadamente 20 metros en la zona de Constitución. «Si consideramos que la velocidad de convergencia de las placas es de 6,5 centímetros por año, deberían pasar más de 300 años para acumular nuevamente ese nivel de energía», afirmó.
En cambio, los terremotos de menor magnitud, como los ocurridos en Iquique (2014) y Coquimbo (2015), que alcanzaron magnitudes de 8,2 y 8,3 respectivamente, tienen una recurrencia estimada de aproximadamente 100 años en la misma región.
Precaución y monitoreo constante
Aunque Chile es un país sísmicamente activo, los expertos insisten en que no es posible predecir con exactitud cuándo ocurrirá el próximo gran terremoto. Sin embargo, los antecedentes históricos y la acumulación de tensión en ciertas zonas refuerzan la necesidad de mantener protocolos de seguridad y monitoreo constante.