Durante siglos, la humanidad ha intentado descifrar cómo y cuándo podría llegar el fin del mundo. Desde teorías religiosas hasta interpretaciones astronómicas, este enigma ha alimentado tanto la curiosidad científica como el imaginario colectivo. Uno de los episodios más recordados ocurrió en 2012, cuando se difundió que el fin del calendario maya podría marcar el apocalipsis, lo cual fue desmentido por instituciones como la NASA.

Sin embargo, nuevas inquietudes han surgido: ¿qué ocurriría si el Sol se apagara? ¿Y si un meteorito colosal impactara la Tierra? En este escenario de incertidumbres, la ciencia ha propuesto una nueva y alarmante posibilidad: un accidente cósmico que altere por completo el sistema solar.
Una nueva amenaza desde el espacio profundo
Dos astrónomos, Kate Kaib y Sean Raymond, han planteado una teoría que involucra a las estrellas como agentes potenciales de caos en el sistema solar. Según explican en un artículo publicado en la revista Icarus, existe una probabilidad de que una estrella cercana al Sol desestabilice las órbitas planetarias, provocando consecuencias catastróficas.
La hipótesis parte de un escenario en el cual una estrella se acerca lo suficiente como para influir gravitacionalmente en los planetas. Este acercamiento podría “tirar” de los astros, desplazándolos de sus trayectorias habituales y generando colisiones entre ellos. La gravedad de esta estrella errante sería capaz de desordenar el equilibrio orbital que mantiene a la Tierra en su posición actual.
Simulaciones astronómicas revelan posibles escenarios extremos
Kaib advirtió que, si la distancia entre la Tierra y el Sol se expandiera cientos de veces respecto a la actual, el sistema solar podría entrar en una etapa crítica de inestabilidad. Para evaluar esta posibilidad, los astrónomos realizaron miles de simulaciones, observando que, si bien en la mayoría de los casos no ocurría un desenlace fatal, un pequeño porcentaje sí desencadenaba un colapso total.
Uno de los escenarios más preocupantes es el de Mercurio colisionando con Venus o incluso con el propio Sol, lo que pondría en serio riesgo la existencia del planeta Tierra.
¿Estamos en peligro?
A pesar de lo inquietante de esta hipótesis, los expertos coinciden en que para que se produzca un evento de esta magnitud tendrían que pasar millones de años. Por lo tanto, aunque el riesgo existe en el plano teórico, la posibilidad de que ocurra en el corto plazo es prácticamente nula. La Tierra, al menos por ahora, permanece fuera de peligro.