Los habitantes de El Melón, en la comuna de Nogales, región de Valparaíso, llevan más de tres décadas sufriendo olores nauseabundos, plagas de insectos y roedores debido a una planta de tratamiento de aguas servidas que se encuentra a pocos metros de sus hogares. Según investigaciones, esta planta ha provocado que la cifra de bacterias coliformes fecales sea 2.300 veces superior al límite permitido en un estero cercano. El Tribunal Medioambiental condenó a la Municipalidad de Nogales por el mal funcionamiento de la planta y les ordenó reparar el daño en un plazo de 60 días.
«Esto llegó a destruirnos la vida»
Sebastián y Paulina, quienes viven cerca de la planta, expresaron que convivir con ella ha sido muy difícil en todos los aspectos de sus vidas. Tienen que cerrar ventanas y puertas, dejando de vivir incluso afuera de su propia casa. Sus hijos sufren dolores de cabeza como consecuencia. Juan Castillo, cuya esposa padeció cáncer, relató que ella tuvo que soportar durante 15 años los malos olores. Ana María, una adulta mayor de la zona, mencionó que ni siquiera toma agua de la llave debido al asco que le provoca. Jovino Miranda, hijo de Ana y dirigente vecinal, afirmó que la planta ha destruido sus vidas y que las casas están impregnadas de mal olor debido a los gases del alcantarillado.
«Un respiro por la gente que murió esperando»
La junta de vecinos había postulado a un proyecto de fumigación, ya que la municipalidad no había tomado acciones al respecto. Sin embargo, tras el fallo del Tribunal Medioambiental, ven una luz de esperanza para aquellos que murieron esperando una solución a este problema que han tenido que soportar durante tantos años.