El telescopio Vera Rubin, instalado a 2.600 metros de altura en el norte de Chile, ha comenzado su operación revelando resultados asombrosos. En sus primeras siete noches, ha captado cerca de 10 millones de galaxias y más de 2.000 asteroides no catalogados, ofreciendo una muestra inicial del impacto que tendrá en la astronomía moderna.
Un inicio prometedor para cartografiar el universo

Con solo el 0,05 % de su trabajo previsto completado, el Vera Rubin ya deja en claro su potencial. Su misión principal es crear un mapa detallado del universo durante los próximos diez años. Para ello, registra imágenes con una frecuencia y resolución sin precedentes, lo que permite un monitoreo continuo y detallado del cielo.
En busca de la materia y energía oscura
El objetivo central del proyecto es explorar la materia y la energía oscura, que constituyen aproximadamente el 95 % del universo y siguen siendo un misterio. Además de su aporte en cosmología, el telescopio también se centrará en el estudio de objetos cercanos como asteroides y cometas, así como fenómenos extremos como supernovas y explosiones de rayos gamma.
Tecnología revolucionaria para una nueva era espacial
El Vera Rubin destaca por su campo visual extraordinario, capaz de cubrir zonas equivalentes a 45 lunas llenas. Este alcance, junto con su cámara de alta resolución, le permite capturar imágenes cada tres días, generando una base de datos sin precedentes sobre la evolución del universo observable.