Los plátanos son una de las frutas más consumidas en el mundo, incluyendo Chile. Pueden comerse frescos, en batidos, como parte de postres o incluso cocidos. Pero una duda frecuente es si es mejor comerlos verdes o amarillos. La respuesta depende del objetivo nutricional que se quiera alcanzar.
Beneficios de los plátanos verdes
Los plátanos verdes son ricos en almidón resistente y fibra dietética, dos componentes que benefician directamente la salud intestinal. Este almidón llega casi intacto al intestino, ayudando a regular la microbiota y mejorar la digestión.
Un ensayo internacional liderado por las universidades de Leeds y Newcastle demostró que el consumo de banana verde redujo en más de un 60% la aparición de ciertos tipos de cáncer en personas con síndrome de Lynch, una condición hereditaria que eleva el riesgo de tumores.
Según el estudio, el plátano verde ayudó a reducir:
- Cánceres fuera del intestino
- Tumores del tracto gastrointestinal superior (como estómago, páncreas y esófago)
¿Y qué aportan los plátanos amarillos?
Los plátanos maduros, de color amarillo, son más dulces y más fáciles de digerir. Contienen azúcares naturales, antioxidantes, potasio y una buena cantidad de fibra soluble.
Son ideales como snack saludable para deportistas, ya que su combinación de carbohidratos y fibra entrega energía rápida y sostenida.
Un plátano en fase de maduración intermedia (verde con tonos amarillos) sigue aportando fibra con menor carga de azúcar, por lo que también es una opción equilibrada.
¿Cuál es mejor para la salud: verde o amarillo?
La elección depende de tus necesidades:
- Plátano verde:
Recomendado para personas con diabetes o que necesitan regular la digestión. Rico en almidón resistente y bajo en azúcar. - Plátano amarillo:
Ideal para quienes necesitan energía rápida, como deportistas o personas con alta demanda física. Rico en antioxidantes, carbohidratos simples y potasio.
No existe una única mejor opción. Ambas versiones del plátano tienen beneficios comprobados, pero su utilidad varía según tu contexto de salud y estilo de vida. Lo importante es incorporarlos como parte de una alimentación equilibrada.