Las almohadas acumulan suciedad, ácaros y bacterias con el uso diario, por lo que es fundamental lavarlas periódicamente para mantener la higiene y evitar problemas de salud.
Aunque las fundas protegen parcialmente las almohadas, estas también requieren un lavado frecuente, ya que absorben saliva, sudor y polvo, lo que puede favorecer la aparición de alergias o problemas respiratorios.
¿Cada cuánto se deben lavar las almohadas?
La frecuencia de lavado varía según distintos factores:
- En condiciones normales: Se recomienda lavarlas una o dos veces al año para eliminar la acumulación de ácaros, hongos y bacterias.
- Si hay alergias o sudoración excesiva: Lo ideal es lavarlas cada 1 a 3 meses, especialmente si la persona es alérgica a los ácaros o transpira mucho durante la noche.
¿Cómo lavar correctamente las almohadas?
Antes de proceder con la limpieza, es fundamental leer la etiqueta de la almohada, ya que indica si es apta para lavado en máquina o solo a mano.
Si la almohada permite lavado en máquina:
- Utilizar un ciclo de lavado suave o, si no está disponible, elegir el ciclo normal con agua templada.
- No mezclar con otras prendas, para asegurar una limpieza efectiva.
- Secar completamente antes de volver a usarla, ya sea al aire libre o con un secador a temperatura baja para evitar la humedad interna.
Si la almohada solo permite lavado a mano:
- Sumergirla en agua templada con detergente suave.
- Presionar suavemente para eliminar la suciedad sin deformar el relleno.
- Enjuagar con abundante agua y dejar secar completamente en un lugar ventilado.
Mantener una buena higiene de las almohadas no solo prolonga su vida útil, sino que también ayuda a mejorar la calidad del descanso y reduce la exposición a agentes que pueden afectar la salud.