La Contraloría General de la República ha detectado serias irregularidades en la operación del vertedero de Morrompulli, ubicado al sur de Valdivia, que recibe los residuos de las doce comunas de la región. Según el informe, el municipio ha incumplido diversas normativas ambientales relacionadas con el manejo y la expansión del vertedero.
Irregularidades en la operación del vertedero
Desde el año 2014, el vertedero de Morrompulli amplió su área de disposición de residuos en 19,2 hectáreas sin contar con las Autorizaciones Sanitarias de Funcionamiento de la Seremi de Salud, ni la Resolución de Calificación Ambiental que la normativa exige. A raíz de estas irregularidades, la Contraloría ha ordenado que el municipio tome medidas correctivas en un plazo de 60 días hábiles.
El vertedero recibe aproximadamente 400 toneladas de residuos diarios, lo que hace que su operación sea crucial para el manejo de los desechos en la región. Sin embargo, el informe de Contraloría también reveló deficiencias graves en la operación, como la piscina de líquidos lixiviados que funcionaba fuera de norma, problemas en el manejo del biogás y el tratamiento de aguas lluvias, y la falta de mantenimiento en los caminos de acceso.
El derrumbe de 2023 y la responsabilidad de la operadora anterior
Una de las situaciones más graves fue el derrumbe de basura ocurrido a mediados de 2023, que fue atribuido a deficiencias en el manejo de las aguas lluvias y los percolados por parte de la operadora anterior. Este incidente dio lugar a un procedimiento sancionador por parte de la Superintendencia del Medio Ambiente, que está investigando las responsabilidades del municipio en el evento.
En respuesta a los hallazgos de Contraloría, el municipio ha iniciado un programa de cumplimiento para evitar futuras sanciones y millonarias multas, comprometiéndose a mejorar el manejo del vertedero bajo un nuevo sistema de operación.
Respuesta del municipio: Culpa a la operadora anterior
El administrador municipal, Cristian Oñate, ha señalado que la antigua empresa encargada de la operación del vertedero durante más de 20 años fue responsable del deficiente manejo de los residuos, lo que llevó a las irregularidades y problemas reportados. Oñate enfatizó que el cambio de empresa en diciembre de 2024 ha permitido implementar estándares ambientales superiores, lo que ha resultado en mejoras en la disposición de residuos y la reducción de externalidades en el vertedero.
A través de este nuevo contrato, el municipio espera mejorar no solo el tratamiento de la basura, sino también las condiciones laborales de los trabajadores y la tecnología utilizada para el manejo de los residuos.