Colocar corchos sobre la tierra de los maceteros se ha convertido en una técnica cada vez más utilizada para favorecer la salud de las plantas en el hogar. Este método no solo cumple una función decorativa, sino que contribuye activamente al desarrollo equilibrado del entorno vegetal.

Según información recogida por Infobae, el llamado truco de los corchos se basa en un principio sencillo: aprovechar las propiedades físicas del corcho para regular la humedad y oxigenación del sustrato.
Regula la humedad y protege las raíces
Uno de los principales beneficios de esta técnica es que ayuda a mantener la humedad adecuada en el macetero, lo que evita que las raíces sufran por exceso o falta de agua.
Gracias a su estructura porosa, el corcho permite una mejor oxigenación de la tierra, lo cual se traduce en raíces más sanas. Además, al conservar un entorno más estable, disminuye el riesgo de pudrición en las raíces y reduce los efectos de la sequía en especies sensibles.
Los especialistas en jardinería destacan que esta práctica es especialmente útil en ambientes interiores, donde las variaciones de humedad suelen afectar negativamente a las plantas.
Efecto antiparasitario y facilidad de aplicación
El corcho también actúa como una barrera contra plagas e insectos, reduciendo la probabilidad de infestaciones en los maceteros. Al colocar trozos de corcho en la superficie de la tierra, se dificulta la aparición de insectos que puedan perjudicar el desarrollo vegetal.
La implementación del método es sencilla: los corchos deben ubicarse alrededor de la planta, directamente sobre el sustrato. Con el paso de los días, se comienzan a notar sus beneficios tanto en la salud del follaje como en la estabilidad general del crecimiento.
Esta técnica ofrece una alternativa práctica para quienes buscan mantener sus plantas en condiciones óptimas sin necesidad de productos adicionales ni intervenciones complejas.