Indignación y desconcierto causó en los últimos días el caso de un grupo de gendarmes que fueron acusados de vender completos (hot dogs) a los reos de la cárcel de Punta Arenas, en la región de Magallanes. Como consecuencia, cuatro funcionarios están bajo sumario y suspendidos de sus cargos.
Sobreprecio para los reos
La información dada a conocer el martes por El Pingüino reveló que los uniformados hacían completadas en las que vendían los productos a $1.500 para el público general, sin embargo, el precio para los reclusos aumentaba a más del doble y llegaba a $3.500 por unidad.
Lo más visto ahora
El hecho fue detectado por la autoridad penitenciaria, por lo que de inmediato comenzó un proceso investigativo interno, el que se mantiene en curso y podría terminar con cuatro gendarmes desvinculados de la institución.
¿Qué dijo el Gobierno?
El ministro de Justicia, Jaime Gajardo, explicó que “la venta de ese tipo de alimentos al interior de los establecimientos penitenciarios no es algo que puedan realizar los funcionarios de Gendarmería de Chile. Por lo mismo, ya se ha dispuesto un sumario administrativo y se van a tomar las medidas que correspondan en razón de la investigación”.
“La venta de distintos tipos de alimentos o de otros elementos al interior de los recintos penales las hace Gendarmería a través de lugares que se encuentran habilitados para ello. El resto no está autorizado y no corresponde que ningún funcionario de Gendarmería lo haga“, agregó.
- Gajardo aclaró que estas actividades se pueden realizar solo en los economatos, es decir, en los almacenes o kioscos que pueden funcionar dentro de las cárceles y que no tienen fines de lucro, ya que su finalidad es dar la oportunidad a los reos de adquirir elementos de primera necesidad, como artículos de aseo personal o hasta cigarros. Los completos no son parte de estos productos.
Gendarmería desestimó dar una declaración pública por este caso, debido a que actualmente no cuentan con un encargado de comunicaciones para atender la solicitud. Sin embargo, el que sí se refirió al caso fue el exdirector de Gendarmería, Claudio Martínez, quien calificó el hecho de “grave”, porque “abre la puerta a una escalada posterior que puede tratarse ya no de hot dog, sino que droga, el ingreso de celulares (…). Puede ser la escalada de un proceso mucho más grave y mucho más complejo“.