Dormir una siesta puede ser un recurso muy beneficioso para recuperar energía y mejorar el rendimiento diario, según la Sleep Foundation de Estados Unidos. Esta práctica ayuda a contrarrestar la fatiga diurna y potencia la capacidad para realizar tareas complejas.
Pese a que los especialistas de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño recomiendan dormir al menos siete horas cada noche para mantener una buena salud, las exigencias del ritmo de vida actual a menudo impiden alcanzar ese objetivo, haciendo que las siestas cobren mayor relevancia.
El rol del ritmo circadiano en la siesta
El doctor Raj Dasgupta, experto en medicina del sueño y asesor de Sleepopolis, explicó a TODAY.com que el mejor momento para dormir una siesta depende de diversos factores, como el horario laboral, el ciclo sueño-vigilia y las preferencias personales. Sin embargo, un punto clave es seguir el ritmo circadiano.
De acuerdo con la Clínica Cleveland, el ritmo circadiano es el «reloj biológico de 24 horas del cuerpo», que regula el ciclo natural de vigilia y sueño. Este ritmo se ve influido por elementos externos como la luz, que al ingresar a los ojos, señala al cerebro que debe suspender la producción de melatonina, la hormona que facilita el sueño.
Cuál es el horario ideal para una siesta
Según el Dr. Dasgupta, el mejor momento para tomar una siesta es entre el mediodía y las 2 de la tarde, ya que durante este periodo el ritmo circadiano desciende, generando una sensación natural de cansancio. Aprovechar esa baja energética permite descansar sin afectar el ciclo de sueño nocturno.
Por el contrario, dormir una siesta después de las 3 de la tarde puede interferir con el descanso nocturno, por lo que no es recomendable.
Respecto a la duración ideal, Dasgupta señala que lo más efectivo es una siesta de 15 a 20 minutos. Aunque algunas personas sugieren hasta 30 minutos, el especialista insiste en que una siesta corta es suficiente para revitalizarse sin provocar somnolencia posterior.