Este nuevo tipo de diabetes afecta a millones de personas en países con alta malnutrición y podría cambiar la forma en que se entiende y trata esta enfermedad.
La Federación Internacional de Diabetes (FID) ha reconocido formalmente una nueva clasificación de esta enfermedad crónica: la diabetes tipo 5, asociada directamente a la desnutrición severa durante la infancia. Esta forma afecta a unos 25 millones de personas en el mundo, especialmente en regiones como Asia, África y sectores empobrecidos de América Latina.
Una nueva mirada a la diabetes: ¿en qué consiste la tipo 5?
A diferencia de la diabetes tipo 1 (de origen autoinmune), la tipo 2 (ligada al sobrepeso y sedentarismo) o la gestacional, la diabetes tipo 5 tiene un origen ligado al déficit nutricional durante las primeras etapas de vida. Según explicó el diabetólogo Javier Vega, de Red UC Christus, esta condición aparece cuando el páncreas de un niño no logra desarrollarse adecuadamente por falta de nutrientes esenciales, especialmente proteínas y micronutrientes.
Esto provoca una producción insuficiente de insulina, lo que conlleva a una alteración crónica en los niveles de glucosa en la sangre.
“El niño no recibe los nutrientes adecuados y su páncreas no se desarrolla. No es capaz de producir como corresponde los niveles de insulina para mantener la glicemia en rango”, afirmó el especialista.
Regiones afectadas y población vulnerable
Esta nueva tipología de diabetes se presenta mayoritariamente en países con altos índices de pobreza y desnutrición infantil, como muchas zonas rurales de África subsahariana, el sur de Asia y comunidades indígenas de América Latina.
Los casos detectados comparten un patrón común: una alimentación deficiente en los primeros años de vida, especialmente en etapas clave como el embarazo, lactancia y la primera infancia, que son fundamentales para el desarrollo adecuado del páncreas.
¿Qué se sabe del tratamiento?
Por ahora, el conocimiento sobre la diabetes tipo 5 está en fase inicial, y los especialistas insisten en la necesidad de más estudios clínicos y epidemiológicos. No existe todavía un tratamiento específico, aunque en la práctica se manejan los síntomas con métodos similares a los usados en otros tipos de diabetes.
Sin embargo, los expertos advierten que tratarla como una diabetes tipo 1 o 2 podría no ser del todo efectivo, ya que el origen y evolución de la enfermedad son distintos.