Despertar a las 3 de la madrugada no es una coincidencia tan extraña como parece. Muchas personas han vivido esta experiencia y, de hecho, un tercio de la población se despierta al menos tres noches por semana durante la madrugada, según datos citados en una publicación de Vanity Fair. Este fenómeno tiene explicaciones científicas que pueden estar relacionadas con el estrés, la alimentación, el envejecimiento y otros factores.
Las razones más comunes detrás del despertar nocturno
Hormonas del estrés: ansiedad y cortisol
El estrés y la ansiedad son causas habituales de despertares nocturnos. Según la psicóloga clínica Jenna Gress Smith, el cerebro activa el modo de lucha o huida ante el estrés, liberando hormonas como adrenalina y cortisol. Esta última, conocida como la hormona del estrés, tiende a aumentar naturalmente entre las 2 y 3 de la madrugada, lo que puede provocar un despertar abrupto si los niveles son altos.
Bajos niveles de azúcar en la sangre
La falta de glucosa durante la noche también influye. Si la última comida fue temprano —por ejemplo, a las 7 de la tarde— el cuerpo podría quedarse sin reservas de azúcar hacia las 3 AM. Como respuesta, el cerebro estimula la producción de cortisol para provocar sensación de hambre y así interrumpir el sueño.
Una forma de evitarlo es mantener una alimentación ligera, pero considerar un pequeño snack antes de dormir, como una cucharada de miel. También es recomendable evitar la cafeína al menos ocho horas antes de acostarse.
Medicamentos que alteran el sueño
Algunos fármacos, como antidepresivos, antiinflamatorios, antialérgicos o antigripales, pueden afectar la calidad del sueño y generar interrupciones nocturnas. En estos casos, se aconseja consultar con un médico para ajustar las dosis u horarios de consumo.
Otros factores que pueden influir en los despertares a las 3 AM
Cambios físicos por la edad
A medida que una persona envejece, se reduce la fase de sueño profundo, lo que facilita los despertares. También es común que el reloj biológico adelante los horarios de sueño y vigilia. Además, con la edad aumentan las visitas al baño durante la noche, especialmente entre quienes padecen afecciones cardíacas, vasculares, demencia o Parkinson.
Alteraciones en la rutina o temperatura corporal
Modificar los horarios de sueño, incluso durante fines de semana, puede desregular los ciclos del descanso y provocar despertares tempranos. Por otro lado, entre las 2 y 3 de la mañana, la temperatura corporal empieza a subir, marcando el fin de la fase más profunda del sueño. Esto puede hacer que el descanso sea más ligero y se interrumpa con mayor facilidad.