Durante los meses más fríos del año, el fenómeno de la “transpiración” o empañamiento de las ventanas se vuelve un dolor de cabeza recurrente para miles de hogares chilenos. Este problema, además de ser incómodo, puede derivar en humedad persistente, moho en las paredes y hasta daños estructurales si no se controla a tiempo.
La buena noticia es que existen métodos simples y accesibles para evitarlo. A continuación, te presentamos cinco recomendaciones prácticas que te ayudarán a mantener tus ventanas limpias y secas este invierno.
1. Ventila tu casa todos los días, aunque esté frío
La ventilación diaria es clave para reducir los niveles de humedad en el interior del hogar. Aunque cueste abrir las ventanas en invierno, bastan 10 minutos al día para renovar el aire y evitar la condensación.
¿Por qué funciona? El aire caliente dentro de la casa contiene vapor de agua. Cuando este entra en contacto con vidrios fríos, se condensa y forma gotas. Al ventilar, disminuyes la humedad interna y equilibras la temperatura.
2. Controla la temperatura del interior
Evita los extremos térmicos dentro de tu hogar. Si calientas en exceso las habitaciones y afuera hay temperaturas muy bajas, se intensificará el contraste, lo que favorece la formación de condensación.
La solución está en mantener una temperatura estable y confortable —idealmente entre 18 y 20 grados— sin sobrecalentar los espacios. Usa termostatos o calefacción regulada para lograrlo.
3. Usa deshumidificadores: tus grandes aliados
Los deshumidificadores eléctricos o naturales (como sal gruesa o carbón vegetal en recipientes) son muy efectivos para absorber el exceso de humedad ambiental. Esto ayuda a evitar no solo las ventanas empañadas, sino también la aparición de hongos y manchas negras en paredes.
Tip adicional: Coloca un deshumidificador cerca de las ventanas más afectadas para obtener mejores resultados.
4. Aplica pintura anticondensación en paredes
Una solución más duradera es el uso de pinturas anticondensación, ideales para ambientes húmedos como baños, cocinas o dormitorios mal ventilados. Este tipo de pintura contiene microesferas de vidrio que aíslan térmicamente la superficie, evitando que el vapor se condense en las paredes.
Además, ayuda a prevenir manchas de moho y mantiene los muros más secos y cálidos.
5. Cambia o mejora los perfiles de tus ventanas
Las ventanas antiguas con marcos metálicos o de vidrio simple son más propensas a la condensación. Si el problema es frecuente y persistente, conviene considerar una mejora estructural.
Instalar ventanas de termopanel (doble acristalamiento) o cambiar a marcos de PVC o madera puede marcar una gran diferencia. Estos materiales aíslan mejor, reducen la pérdida de calor y estabilizan la temperatura del vidrio, minimizando la condensación.