Durante las últimas 48 horas, se han registrado 43 movimientos telúricos en el norte de Chile, específicamente en la Región de Coquimbo, lo que ha generado preocupación entre los habitantes de la zona. Este fenómeno ha sido identificado como un “enjambre sísmico”, y fue reportado por el Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile.
¿Qué es un enjambre sísmico y por qué ocurre?
El geofísico Cristian Farías explicó en el matinal Mucho Gusto que un enjambre sísmico corresponde a una serie de sismos de baja o moderada magnitud que ocurren en un área específica, en un corto período de tiempo, sin un sismo principal dominante.
“El norte es muy grande, y eso significa que las fuentes sísmicas son muchas. La mayoría de estos movimientos se produce en el contacto entre placas tectónicas”, indicó el experto.
Farías detalló que en la región, el fenómeno se asocia principalmente a la subducción de la placa de Nazca bajo la placa Sudamericana, un proceso constante que genera acumulación de energía y desplazamientos internos.
Además, advirtió que algunos sismos también pueden generarse en zonas más profundas dentro de la cordillera, donde la placa oceánica se va rompiendo parcialmente mientras se introduce en el manto terrestre.
¿Un enjambre sísmico puede anticipar un terremoto?
Uno de los mayores temores asociados a los enjambres sísmicos es que puedan anticipar un sismo de mayor magnitud. Sin embargo, no existe evidencia científica concluyente que permita predecir un terremoto en función de estos eventos.
“No es fácil de predecir si vendrá un sismo mayor. Pero lo que sí podemos hacer es pensar desde ya en el peor escenario posible, para que eso motive la preparación y la planificación adecuada”, afirmó Farías.
El experto destacó que esta perspectiva debe orientar políticas públicas como el desarrollo urbano costero, la educación sísmica y la preparación ciudadana ante emergencias.
¿Dónde se localiza la mayor actividad sísmica?
Farías señaló que el contacto entre la placa de Nazca y la Sudamericana concentra la mayoría de los sismos registrados en el norte del país. Sin embargo, también se generan algunos en la propia placa oceánica, al interior del continente, debido a procesos de deformación y ruptura internos.
Estos patrones hacen del norte de Chile una zona altamente activa desde el punto de vista sísmico, lo que refuerza la necesidad de vigilancia permanente y medidas de prevención comunitaria.